Entrevista | Abel Cons Óptico

“Hay que retrasar los contactos de los niños con las pantallas todo lo que podamos”

El optometrista impartirá mañana en la UNED una conferencia sobre el glaucoma, que, explica, “avanza sin dar síntomas hasta que ha deteriorado mucho el sistema visual”

El óptico Abel Cons Arcos.

El óptico Abel Cons Arcos. / Cedida

“Glaucoma. La ceguera silenciosa” es el título de la conferencia que impartirá mañana en la UNED el óptico optometrista Abel Cons. Éste explica que “hablaremos de una patología que afecta principalmente al nervio óptico. El problema es que en nuestra sociedad está bastante extendida la idea de que el glaucoma es como la presión intraocular, la tensión de la vista, como se denomina comúnmente, alta”.

–¿Esa percepción es un error?

–Muchas veces esa percepción nos lleva a un error, porque el glaucoma a lo que afecta es a las células nerviosas del nervio óptico y a veces se produce con una tensión ocular baja. Un poco el motivo de esta conferencia es explicarle a la gente que a veces tenemos conceptos equivocados sobre ciertas patologías y que eso nos puede llevar a diagnósticos erróneos en muchas ocasiones, o a veces incluso a no prestarle la atención debida a las enfermedades.

–¿Por qué aluden al glaucoma como la ceguera silenciosa?

–Le llaman la ceguera silenciosa porque empieza afectando a las células nerviosas del nervio óptico y lo que empezamos a perder es visión periférica, sobre todo los campos laterales. Digamos que va afectando a nuestra visión desde afuera hacia adentro y cuando nos empezamos a dar cuenta de que nuestra visión se ha deteriorado, o que notamos que hemos perdido visión, la enfermedad ya está muy avanzada y por lo tanto ya ha dejado gran cantidad de células dañadas o muertas. Por eso se le llama silenciosa, porque el glaucoma avanza sin dar síntomas hasta que está en un estado muy avanzado, ha deteriorado mucho nuestro sistema visual, y el problema de la ceguera es que es irreversible.

–¿Qué provoca esta enfermedad?

–Tiene multitud de causas. La principal, y por eso se asocia de forma errónea, es la presión intraocular. Ésta es la presión que ejerce el propio humor acuoso, el líquido que hay dentro del ojo, sobre la superficie del globo ocular. Cuando esa presión es mayor de la que debería las células del nervio óptico se ven dañadas y por tanto se produce el glaucoma. Pero no solamente el aumento de la presión intraocular es el origen de esta enfermedad, puede ser debida al abuso de medicamentos vía colirio, fármacos corticoides. También puede deberse a traumatismos, asociada a multitud de patologías; e incluso se puede dar glaucoma con presiones intraoculares normales, lo que se llama el glaucoma normotenso, que son personas que tienen la presión normal pero desarrollan glaucoma porque son más sensibles a padecer esa enfermedad.

–¿Cómo podríamos detectarla a tiempo?

–Es otro de los grandes puntos que se abordarán en esta conferencia. Lo que pretendemos es concienciar a la gente de que lo importante sería hacernos una revisión visual ya no digo anual, pero a lo mejor cada dos años, aún estando bien, aún nosotros considerándonos sanos. Pongo como ejemplo de que aunque tengamos un coche nuevo no se nos pasa por la cabeza no llevarlo al taller para cambiarle el aceite una vez al año, o a pasarle la ITV. En cambio cuando se trata de nosotros no acudimos al médico. Y en este tipo de patologías que avanzan de forma silenciosa, sin darnos síntomas, es muy importante que aunque nos sintamos bien acudamos al oftalmólogo, al óptico, a nuestro médico especialista en la visión, y nos revisemos, porque el diagnóstico precoz es la principal arma que tenemos para luchar contra este tipo de patologías.

"Pretendemos concienciar a la gente de lo importante que sería hacernos una revisión visual ya no digo anual"

–Una vez que ha aparecido ¿cómo se aborda?

–El principal tratamiento que suele hacerse es conservador, digamos que no avance más y conservar la visión que tenemos, porque lo que hace esta patología es avanzar dejándonos ciegos y la ceguera, desgraciadamente, hoy en día no tiene vuelta atrás, es irreversible. Entonces lo que se busca es controlar la enfermedad, que no avance para poder conservar la visión que tenemos.

–¿Qué tratamientos se aplican?

–Esa búsqueda del control de la enfermedad se hace con tratamientos que reduzcan esa presión intraocular, que faciliten el flujo del humor acuoso a través del ojo para que no se genere aumento de presión intraocular y, sobre todo, conservar la visión que tenemos y que no afecte más a las células ya dañadas.

–Más allá del glaucoma ¿maltratamos mucho la vista?

–Sí, hoy en día hacemos un uso excesivo de nuestro sistema visual, usamos pantallas, móviles… Incluso a veces no somos conscientes de la escasa iluminación. El ojo al final no deja de ser un músculo, y también requiere descanso. Cuando estaba en consulta muchas veces lo decía, cuando hablabas con gente que se pasaba a lo mejor 8 o 10 horas delante de una pantalla y me decían “yo para descansar de la pantalla me relajo y cojo el móvil”. Les decía que es como si estás corriendo un maratón y para descansar te pones a subir escaleras, pues no le estás haciendo el favor. Y es que actualmente empezamos con esto desde muy pequeños, en el propio sistema educativo vemos que en las clases de los niños de Primaria se les instauran ordenadores, cuando antes lo hacíamos con pizarras ahora empezamos con ordenadores desde edades muy tempranas. Y eso al final exige un esfuerzo mucho más grande a nuestro sistema visual.

Hoy en día hacemos un uso excesivo de nuestro sistema visual, usamos pantallas, móviles… Incluso a veces no somos conscientes de la escasa iluminación. El ojo al final no deja de ser un músculo, y también requiere descanso

–¿Cómo debería de ser una adecuada higiene visual?

–Lo ideal sería prestarle especial atención, desde muy tempranas edades, a nuestro sistema visual. Y ya no me refiero solo al proceso de revisiones y al de prestarle atención a los defectos visuales, corregir las hipermetropías, miopías, el astigmatismo, sino precisamente a evitar que los niños en edades tempranas tengan un contacto directo y cotidiano con las pantallas. Hay que retrasar los contactos de los niños con las pantallas todo lo que podamos. Y a lo largo de la vida corregir, hacer revisiones visuales periódicas, todo lo que podamos, porque al final una revisión visual puede llevarnos media hora, y a lo largo del año difícilmente no vamos a encontrar media hora para dedicarle a nuestro sistema visual, y es importante porque al final patologías como el glaucoma pasan por alto si no tenemos ese tipo de revisiones.

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