Entrevista | Calros Solla Filólogo, profesor y escritor

“Ni el presente ni el futuro de los ríos debería ser jamás el de ser entubados como el Gafos”

El escritor presenta su cuarta obra dedicada al río pontevedrés, en la que documenta hasta 90 bienes como hórreos, lavaderos, molinos, puentes...

Calros Solla, que presenta su nueva obra, “Auga mol en pedra dura”.

Calros Solla, que presenta su nueva obra, “Auga mol en pedra dura”. / BERNABÉ/ J. CARLOS ASOREY

Los pontevedreses nos merecemos mirarnos en las aguas del tramo destapado del Gafos, recuerda Calros Solla, que mañana presentará en la librería Paz su nueva obra dedicada al río pontevedrés, “Auga mol en pedra dura”.

–¿Qué aborda en esta nueva obra?

–Es el cuarto libro de mi biblioteca particular sobre el Gafos. En el primero se abordaba todo el patrimonio inmaterial relacionado con el río y los ríos en general, hablábamos de la microtoponimia específica del Gafos y a eso le añadíamos el refranero, el cancionero, las adivinanzas etc. En el segundo hicimos por viajar en el tiempo y que el río hiciese de cicerone de la Pontevedra de Sarmiento, de la ciudad del XIX y del XX a través de la prensa histórica. En el tercer libro abordamos el asunto de la mitología y en este cuarto le tocaba el turno a la etnografía, en concreto al inmobiliario de naturaleza etnográfica, así que hemos vuelto a patear el río desde su nacimiento hasta la desembocadura, desde el puente de Os Salgueiriños, en el concello de Vilaboa, parroquia de Figueirido, hasta As Corbaceiras de Pontevedra.

–¿Es muy rico el Gafos en inmobiliario etnográfico?

–Como todos los ríos, sean grandes o pequeños, fueron aprovechados para la molienda. Desde luego todos dotados de puentes, de pontellas, de pasadoiros para poderlos cruzar a pie o en carro. Y todos ellos en la Galicia tradicional fueron empleados para mover molinos. Y en eso el río de Os Gafos también va sobrado.

–¿Cuántos de estos elementos se recogen en el libro?

–En el libro abordamos un estudio minucioso sobre cada uno de los elementos, hasta 90 bienes catalogados en la obra, que no son pocas. Y tenemos de todo: las paneiras, que es el modo particular en que se denominan los hórreos en la parte alta del Gafos, en Figueirido, pasadeiros, lavaderos, molinos, puentes de mayor envergadura como los que forman parte de la infraestructura viaria y ferroviaria. Y también se aborda el patrimonio inmobiliario desaparecido.

–¿Ha perdido mucho patrimonio el Gafos?

–Sobre todo en la zona urbana, donde perdió elementos que hoy seríamos muy afortunados de haberlo conservado, como las instalaciones de la antigua curtiduría, perdió los molinos de la zona de Campolongo, que desaparecieron con el proceso urbanizador de la década de los 60, hablo del molino de Proa e Caldo, del de Prisabranca, de A Taboada etc. Con esos edificios también se perdieron sus denominaciones, su microtoponimia, que estaría bien recuperar para dar nombre a calles aledañas en Campolongo, sobre todo si se descubriese el Gafos, que sería miel sobre filloas.

–¿Qué opina del proyecto para destaparlo?

–Deseo que su ejecución sea inminente, y que con él Pontevedra recupere el río de Os Gafos en su tramo final, un río eminentemente urbano que atraviesa una zona muy poblada. Sería un espacio de ocio y de esparcimiento de la ciudadanía, más allá de que es absolutamente inexcusable que un río debe ser eso, un río, y se nos debe aparecer o representar en el espejo de su agua. Ni es presente ni el futuro de los ríos debería ser jamás el de ser entubados como el Gafos, canalizados, cubiertos o desaparecidos a ojos de la gente.

–Porque insiste en que los pontevedreses nos merecemos mirarnos en las aguas del Gafos

–Claro, los pontevedreses por supuesto merecen su segundo río. Y más que hubiese, desde luego, el río Lérez ofrece unas posibilidades y el río Gafos ofrece otras, más allá de la sanidad que para cualquier espíritu, ser humano consciente, supone el hecho de contemplar el agua corriente, libre de cualquier obstáculo constructivo que no sea natural, y libre también de la basura que la ciudad genera.

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