Cuenta atrás en la limpieza de los montes, con un suspenso de los particulares: “Nada ha cambiado”

Las comunidades en mano común son las que más se preocupan en actuar en estos terrenos | El retraso en los trabajos también se debe a la sobrecarga de las empresas especializadas | Se apuesta por la unión de esfuerzos

Trabajos de desbroce de maleza en la zona de A Fracha, a cargo de los comuneros de Tomeza.

Trabajos de desbroce de maleza en la zona de A Fracha, a cargo de los comuneros de Tomeza. / Gustavo Santos

Poco o nada cambia cada año en la gestión del territorio natural en la comarca de Pontevedra de cara a la temporada alta de riesgo de incendios forestales. A mediados del mes de abril y con un cambio climático que cada año adelanta más las temperaturas propias del verano, con máximas durante los pasados días que alcanzaron los 27 grados centígrados, se apuran los trabajos de poda, desbroce y limpieza de los montes para evitar que las cifras de fuegos vuelvan a pasar a la historia, como ocurrió en 2022, con 131 fuegos y más de 1.000 hectáreas destruidas.

Y el balance se repite una y otra vez: suspenso generalizado para los propietarios particulares. Mientras, las comunidades de montes trabajan tanto en este acondicionamiento como en otras iniciativas de recuperación con la plantación de árboles autóctonos. “La situación que llevamos comprobando todos estos años es que cuando llega el verano los que han estado llevando a cabo una gestión activa son las comunidades de montes, que son quienes pueden sacar un rendimiento mayor por la superficie del territorio, más rentabilidad”, explica Iván Pérez, presidente desde 2016 de la Mancomunidade de Montes de Pontevedra, así como técnico forestal y graduado en Ciencias Ambientales.

Destaca que incluso dentro de las comunidades de montes, “a las que son más pequeñas y con menos recursos les cuesta más llevar adelante actuaciones de este tipo”. Es por ello que desde la Mancomunidad realizan solicitudes de subvenciones para grupos de varias comunidades “para conseguir la superficie mínima que las ayudas exigen”.

Un tractor trabaja en montes de A Armada de la comunidad de Salcedo. |   // GUSTAVO SANTOS

Un tractor trabaja en montes de A Armada de la comunidad de Salcedo. | // GUSTAVO SANTOS / Ana López

Principalmente, la Mancomunidade de Pontevedra opta a las de la Consellería de Medio Rural de la Xunta de Galicia. De hecho, algunas de las agrupaciones ya están llevando a cabo actuaciones a través de las ayudas de incendios. “Otras están haciéndolo por su cuenta”, aclara, “mientras que en otros casos se realizan podas de frondosas o trabajos silvícolas en plantaciones”.

“La situación que comprobamos estos años es que cuando llega el verano los que han llevado a cabo una gestión activa son las comunidades de montes, que son las que pueden sacar un rendimiento mayor por la superficie del territorio, más rentabilidad”

“Realmente nada ha cambiado en los últimos años. Es lamentable que siga siendo así, porque vimos como el año pasado, 2022, fue el peor de lo que va de siglo y este año no apunta a que vaya a ser mejor”, se lamenta Pérez.

En este sentido, hace un llamamiento a que la Administración “haga una labor sancionadora y controladora en ese sentido”. Se trata de una competencia tanto a nivel autonómico como local. “Si no se cumple la legislación, si no hay un órgano competente sancionador encima, no se actúa. Por otro lado, si no hay figuras de agrupación que les permitan que esas fincas o parcelas tengan una rentabilidad, la gente que no tiene un estilo de vida vinculado al rural no va a hacer gastos ni trabajos por cuenta propia en esos terrenos”, manifiesta.

A ello se une que el abandono es cada vez mayor, de modo que llega un momento en que los propietarios no saben ni dónde tienen sus terrenos heredados por familia ni el estado en el que se encuentran, que puede suponer un grave riesgo a nivel medioambiental.

También reconoce que las comunidades de montes deberían trabajar en ese sentido. “Sé que echo piedras contra mi propio tejado, pero no solo hay que mancomunarse para hacer la solicitud de subvenciones, sino también para hacer aprovechamientos y gestiones de forma independiente y de forma cooperativa”, propone.

“Si no hay un órgano competente sancionador encima, no se actúa. Si no hay figuras de agrupación que permitan que esas fincas tengan una rentabilidad, la gente sin un estilo de vida vinculado al rural no va a hacer gastos ni trabajos en esos terrenos”

Cree que esos aprovechamientos son fundamentales para la gestión del monte y, por lo tanto, para evitar los incendios forestales. “A veces exigimos mucho a las Administraciones, y aunque estemos en nuestro derecho y tengamos la razón, también tenemos que predicar con el ejemplo”, opina Iván Pérez.

Por otro lado, el retraso en la contratación de empresas especializadas en los trabajos de limpieza, desbroce, tala, etc... ha provocado un embudo de solicitudes y la oferta no es capaz de satisfacer a la elevada demanda durante estos meses. “Está costando hacer los trabajos por la sobrecarga que tienen las empresas. Se retrasan, como ocurre con las obras en la construcción, y está costando hacer todas las actuaciones en tiempo y forma”, advierte el presidente de la Mancomunidade de Montes de Pontevedra. “Al final, tendrá que haber una catástrofe, como ocurrió en Pedrógão Grande, en Portugal, con más de 60 muertos, para que nos pongamos las pilas de verdad”, concluye.

Pontevedra estudia el convenio con Medio Rural, la Fegamp y Seaga

En Galicia existe un convenio de protección de las aldeas y zonas más próximas a las casas firmado entre la Xunta de Galicia, la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) y la empresa pública Seaga. Hay actualmente a nivel gallego un total de 279 municipios adheridos, lo que supone un 89% del total. En el caso de la comarca de Pontevedra, según la información facilitada por la Consellería de Medio Rural, de los 14 municipios que la componen, todos ellos están integrados en este plan excepto el capitalino. Esto se debe a que en el momento de adherirse el plan municipal de prevención de espacios forestales se encontraba en tramitación, tal y como informan fuentes del Concello de Pontevedra. Actualmente, “los servicios técnicos están estudiando la conveniencia de unirse a este convenio o no”, indican.

El Plan de Prevención de Incendios Forestais de la Xunta de Galicia para este 2023 contempla quemas controladas que deben estar avaladas por los técnicos del Centro de Investigación Forestal de Lourizán, en Pontevedra. Según Medio Rural, hasta el momento en la comarca pontevedresa se han ejecutado dos en el municipio de Cerdedo-Cotobade, con 2,43 hectáreas y hay otra prevista de 5 hectáreas.

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