Entrevista | Francisco Jarauta Filósofo

“Vemos pasar nuestra época y no sabemos... Todo son reacciones a novedades”

“Llevo un viejo Nokia que solo me sirve para alguna emergencia; no tengo WhatsApp... Si no me llaman ¡qué le voy a hacer!”

El filósofo Francisco Jarauta.  | // RAFA VÁZQUEZ

El filósofo Francisco Jarauta. | // RAFA VÁZQUEZ / Susana Regueira

“¡Ciertamente es extraño que la Tierra ya no sea habitable!” Es el título de la conferencia con la que el filósofo Francisco Jarauta inauguró ayer la Semana Galega de Filosofía.

–Ha destacado en su conferencia que vivimos tiempo de incertidumbre

–Lo son. Y soy partidario de situar nuestra atención en los procesos que estamos viviendo: no hay estereotipos sobre nuestra época y somos fundamentalmente observadores. El viejo Bauman, yo conservo un manuscrito suyo, decía que somos observadores globales, y vemos pasar delante de nosotros nuestra época y no sabemos... Todo son reacciones a novedades tras otras.

–Recordó que esta desorientación ya la constataba Maimónedes…

La perplejidad no debe ser considerada negativamente. Es la pérdida de los referentes con los que siempre hemos viajado. Nuestro mapa era un mapa fijo, desde la Revolución Industrial se había valorado siempre positivamente el progreso: cada vez más, cada vez más. Somos darwinistas en ese sentido y a veces observamos, o podemos observar por lo menos, que hay situaciones que nos interrogan. Yo estaba hace poco en una visita a Córdoba y en el siglo XII Maimónedes escribe Guía de perplejos. Él era un perplejo, nosotros somos todavía más perplejos. Los flujos inmensos de información tienen una eficacia tremenda a la hora de sustituir nuestros mundos reales que vemos por mundos construidos.

–¿Se protege de la comunicación?

–Me protejo absolutamente. Llevo un viejo Nokia que solamente me sirve para alguna emergencia; no tengo WhatsApp, no uso ninguna plataforma, si no me llaman ¡qué le voy a hacer! (risas) Tampoco me voy a quejar de la falta de afecto… Y lo digo con dignidad esto: no soy tan moderno, como se imagina.

Morgan decía que habían sido siete y había triunfado esta porque era más económica (risas), lo decía con humor británico. Y posiblemente esta forma de familia también se ha licuado en el torbellino de la época

–¿Son las redes, en general los algoritmos, una nueva forma de totalitarismo?

–No sería tan terriblemente crítico. Han supuesto una apertura extraordinaria, pero el mundo virtual a mi personalmente, que ya tengo unos años, me produce vértigo en el sentido de que necesito tiempos más lentos. Trabajo muchas horas, casi diez al día, y me encanta este trabajo, pero me produce esa ansia que no va bien con mi vida. Hago pausas, momentos de reflexión, y sé que hay amigos que lo hacen también, se protegen. Y es un buen viaje. No me preocupan, pero veo que esas grandes plataformas, ese communication, communication, communication, construirá mundos. Y la idea de construir mundos hace que nosotros ya no los elijamos, sino que entremos en relación con ellos.

–¿Cómo navegar en este océano de incertezas?

–Es una buena apuesta: la intemperie tiene su función, y no siempre es cómoda. Esta pregunta que me hace es para todos (el entrevistado señala a otros ponentes de la Semana de Filosofía que asisten a la conversación) y, efectivamente, la clave es cómo. Y el cómo es líquido, cambia permanentemente, se mueve a ciertas velocidades. Uno se asoma con la curiosidad de un niño a ese mundo informativo, tienes ya ciertos criterios con los que diferenciar, pero no siempre son eficaces.

–¿Esa precipitación se traslada a nuestras relaciones, a nuestra forma de vida, a la familia por ejemplo?

–Evidentemente, ese liquid que decía Bauman se aplica a todo, como si fuese una Aspirina, que antes servía para todo… El problema es construir las formas de vida, es un tema que tendrá cada vez más futuro. Las instituciones han ido fracasando, vemos permanentemente innovaciones de todo tipo, en la historia de la humanidad ha habido muchas formas de familia, Morgan decía que habían sido siete y había triunfado esta porque era más económica (risas), lo decía con humor británico. Y posiblemente esta forma de familia también se ha licuado en el torbellino de la época. Y seguirán naciendo otras formas, la humanidad es capaz de imaginar y capaz de construir. Y quizás en lugar de construir palacios haremos pequeñas casitas, cabañas, y no solo para pensar sino también para vivir.

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