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Las obras de la A-57 mantienen cortado el acceso a A Canicouva desde agosto.Gustavo Santos

Un nuevo cambio en el proyecto de obra de la autovía A-57 obliga a expropiar 50 fincas más

Cincuenta fincas más que deben ser expropiadas y casi un millón de euros más cara. Es el resultado de un nuevo proyecto modificado (al menos el tercero en siete años de ejecución) en las obras de apenas seis kilómetros de la autovía A-57 entre Vilaboa y A Ermida, en Marcón. Esta revisión eleva el presupuesto oficial de las obras a los 66 millones de euros, seis más con los que se adjudicó en junio de 2015 a Constructora San José.

La modificación del plan original obedece a la canalización de telecomunicaciones, y de Red Eléctrica Española, cambios en el ramal por Vilaboa que conecta la autovía con la A-57 y, sobre todo, la reposición de traídas de agua vecinales de las comunidades de Barral, Bertáns y Bois.

Para llevar a cabo estas adaptaciones es necesario expropiar medio centenar de fincas más, tanto en Vilaboa como en Pontevedra, con una superficie afectada de más de 8.300 metros cuadrados. En el caso del municipio capitalino, son 3.055 metros cuadrados en un total de 36 propiedades, en su mayor parte particulares, aunque también las hay a nombre de la comunidad de montes de Marcón. Por su parte, en Vilaboa son 14 fincas, que ocupan casi 5.300 metros cuadrados.

Los propietarios están convocados para el próximo día 18 en el Pazo da Cultura de Pontevedra (de 10.00 a 13.00 horas) y en el Local Social de Figueirido (Vilaboa), en este caso por tarde, de 16.00 a 17.00 horas, con el fin de proceder al levantamiento de las actas previas a la ocupación.

Los propietarios están convocados para el día 18 en el Pazo da Cultura de Pontevedra (de 10.00 a 13.00 horas) y en el Local Social de Figueirido (Vilaboa) de 16.00 a 17.00 horas, con el fin de proceder al levantamiento de las actas previas a la ocupación.

Diversos obstáculos en la ejecución, la crisis de suministros, que afectan sobre todo a la construcción, el propio ritmo de los trabajos y otros factores hacen muy difícil acelerar la ejecución de los seis kilómetros de autovía entre Vilaboa y Marcón, a los que hay que sumar otros 2,5 kilómetros de vía convencional para conectarla la A-57 con la Nacional 550 y la AP-9 en Vilaboa.

Hace unos meses, el propio Gobierno central admitía que “en la ejecución de las obras han surgido diversas incidencias. Ha sido necesaria la realización de nuevos trámites expropiatorios y resolver numerosas interferencias con servicios afectados de abastecimiento a particulares, así como a líneas telefónicas y eléctricas, entre las que se puede destacar la afección a la línea de alta tensión de Ponte Sampaio a Lourizán propiedad de Ence y cuya reposición ha debido ser cuidadosamente programada y coordinada con la dirección de este empresa a efectos de no alterar el funcionamiento normal de la planta”.

El paralelo, la carretera EP-0001, que enlaza Figueirido, en Vilaboa, con A Canicouva, en Pontevedra, y que es el principal acceso rodado a esta parroquia, se cerró al tráfico el 8 de agosto pasado para facilitar la ejecución de las obras de la autovía A-57 entre Vilaboa y Marcón. Se estimaba inicialmente un corte de unos tres meses, pero están a punto de cumplirse ocho y todavía no hay una fecha para reabrir este vial, cuyo cierre incluso obligó a modificar la línea de autobús a la zona. El corte trastoca desde hace seis meses el servicio de transporte de viajeros, por lo que en su día hubo que negociar con la empresa concesionaria para que estableciera rutas alternativas. Además, el Concello reclamó que se aprovechen estas obras para acometer una mejora en las condiciones de seguridad y accesibilidad en el tramo de carretera en el que se actúe como consecuencia de las obras de la autovía, como mayor anchura en los carriles y aceras a ambos lados de la calzada.

Los vecinos, hartos de un rodeo de diez kilómetros

Vecinos de la parroquia de A Canicouva reclaman desde hace días que se aceleren las obras de la A-57 sobre todo para terminar con el corte en la carretera EP-0001 que les impide conectarse directamente con Pontevedra y el resto de localidades “de una forma normal y sencilla” y sin tener que dar “un rodeo de más de diez kilómetros con la pérdida de tiempo que ellos supone, en algún caso de más de 15 minutos por trayecto cada día y en cada viaje”. Insisten en el “sinfín de perjuicios” por la tardanza en la ejecución de la obra. Explican que, además, el desvío conlleva un importante riesgo por el aumento del tráfico en el tramo que va de A Canicouva a Paredes, y en especial en el lugar de Cacheiro, ya que “esta carretera no tiene las condiciones necesarias de seguridad para soportar el importante aumento de tráfico, y el riesgo para los usuarios a pie de estos lugares, ocasionándose ya varios incidentes importantes”, aseguran.

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