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Empieza el refuerzo con la cuarta dosis en mayores: cien vacunados en solo tres horas en Campolongo

La protección en la residencia pública le permitió superar sin casos graves ni hospitalizaciones un brote en junio que afectó al 95% de usuarios y trabajadores | Los residentes también han recibido la vacuna contra la gripe

Una residente de Campolongo recibe la vacuna. RAFA VAZQUEZ

La residencia pública de mayores de Campolongo ha sido la primera del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés en recibir las vacunas de refuerzo contra el COVID. De este modo se ha iniciado la campaña con la cuarta dosis, en realidad la segunda de refuerzo (ya que las dos primeras suponían la pauta completa), que llegará al conjunto de la población en general durante los próximos meses.

En menos de tres horas todos los residentes de la residencia pontevedresa estaban vacunados, tanto del coronavirus como de la gripe, ya que el Sergas ha decidido, al igual que en anteriores ocasiones, administrar ambos sueros a la vez en otoño.

Los cien usuarios de esta residencia, dependiente de la Consellería de Política Social, forman parte del grupo de 3.700 gallegos de 45 centros sociosanitarios con los que ha arrancado la campaña en toda la comunidad autónoma.

“La jornada ha sido perfecta, muy bien organizada. La coordinación con el Sergas es perfecta. En menos de tres horas hemos vacunado a los prácticamente cien residentes”, resume a FARO Juan José López Peña, director del centro de mayores de Campolongo.

“Se les ha puesto tanto la vacuna del COVID como la de la gripe, en un ambiente totalmente normalizado. Sin ningún problema, de modo que a las 12 del mediodía ya habíamos terminado”, celebra.

La perfecta coordinación permitió acabar el proceso en menos de tres horas. // RAFA VÁZQUEZ

Y es que los mayores son conscientes de la importancia de recibir esta protección vía los sueros, que está generando el conocido “efecto rebaño” en el conjunto de la población.

“Ellos son los primeros conscientes de que la vacunación ha tenido efectos muy positivos. Un ejemplo de ello es que a mediados de junio tuvimos un brote de COVID. De un día para otro tuvimos a prácticamente el 95% de los residentes infectados. ¿Qué ocurrió? Pues prácticamente nada, porque después de tres dosis estaban muy protegidos y pasaron como un catarro fuerte o gripe. No hubo necesidad de más que dos o tres días en cama o aislamiento por precaución. Al final acabamos cayendo incluso casi toda la plantilla, hasta yo. Lo pasamos todos y no pasó nada”, informa el director.

Ha sido el brote más importante que ha sufrido la residencia pontevedresa y se debió, básicamente, a que se había producido la desescalada más fuerte desde que se declaró la pandemia hace dos años y medio.

“Ellos son los primeros conscientes de que la vacunación ha tenido efectos muy positivos"

Juan José López Peña - Director de la residencia de Campolongo

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Y si la vacuna del coronavirus ya la aceptan con total normalidad, la de la gripe todavía más: “La tienen muy concienciada y es muy importante para ellos, porque crea mucho malestar, fiebre muy alta... y lo que menos les apetece es que por su culpa les obligues a estar en cama dos o tres días”, reconoce López Peña.

La tan ansiada “normalidad” ya rige el día a día de la residencia de Campolongo, en la que la existencia de una pandemia solo se hace visible con el uso de la mascarilla protectora por parte de los trabajadores y las visitas a los usuarios. Estos, por el contrario, ya no están obligados a utilizarla.

“Ellos ya circulan con normalidad tanto dentro como fuera de la residencia. Las actividades, tras una pandemia de dos años, nos cuesta un poquito de trabajo recuperarlas en su totalidad. Aún así podemos decir que al 97% ya la hemos recuperado”, resume.

Lo que más ilusión les hace a los usuarios son todas aquellas cuestiones en las que tienen capacidad de decisión. “Todo en lo que ellos puedan decir ‘sí’ o ‘no’. La pandemia para ellos fue una situación de custodia permanente: no puedes salir, tiene que sentarte aquí, no puedes hacer esto... Y eso para cualquier persona adulta es una restricción indeseada. Nosotros lo que no queremos quitarles nunca es la opción de hacer lo que a ellos les parezca bien y en todo momento. Porque esto más que un hotel debe parecer un hogar, una casa en la que estar a gusto. Cada uno tiene su ritmo y sus deseos”, concluye Juan José López Peña.

El otoño llega con 160 casos COVID y 14 hospitalizados

El otoño ha comenzado en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés con tan solo 160 casos activos de coronavirus. De estos, 14 están hospitalizados, según los datos facilitados por el Sergas, aunque ninguno de ellos está en la UCI. En el conjunto de la comunidad autónoma gallega son 1.399 pacientes con infección activa, de los que 119 están hospitalizados y dos de ellos en críticos. Desde que se declaró la pandemia, en marzo de 2020, se han contagiado con el virus 76.793 personas en Pontevedra y O Salnés, de las cuales lo superaron 76.295. El resto o bien están pasando la enfermedad o fallecieron positivos, 342 personas en ambas comarcas en estos dos años y medio, la mayoría de avanzada edad. Las actuales vacunas de Pfizer y Moderna contra el COVID contien nuevas variantes del virus para proteger a la población. Se trata de las BA.4 y BA.5 de Omicron, tal y como indica la Consellería de Sanidade. Tras haberse iniciado el proceso con los usuarios de residencias y centros sociosanitarios, será el turno de los mayores de 80 años, que ya se dirigirán, salvo orden contraria, a los grandes recintos de vacunación. En el caso de Pontevedra, todo apunta a que se reabrirá el “vacunódromo” del edificio de la Xunta en Campolongo. Por franjas de edad se irá vacunando a toda la población del área sanitaria, como ya ocurrió el pasado otoño con la tercera dosis.

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