Casi un millar de personas participaron ayer en una nueva edición del Medio Maratón de Pontevedra, la clásica prueba organizada por la Sociedad Gimnástica y que recorrió el centro de la ciudad desde las 10.00 horas. La Boa Vila volvió a ser todo un referente a nivel deportivo con un evento que se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad y sin ningún incidente y en el que los grandes favoritos, Manuel Hurtado y Edymar Brea, no defraudaron al imponerse en categoría masculina y femenina, respectivamente.
Después de un 2020 en el que se convirtió en la primera prueba en ruta que se organizaba tras el confinamiento por el COVID y en un modelo a seguir para los eventos deportivos que se realizarían posteriormente en el resto del Estado (gracias a un estricto protocolo que se cumplió a la perfección), la clásica por excelencia regresó en todo su esplendor para llenar de energía y deporte las calles de la ciudad con casi un millar de corredores procedentes de las cuatro provincias gallegas y de otros puntos de la Península.
El XXXIX Gran Fondo Caixabank - XXVI Medio Maratón de Pontevedra volvió a incorporar este año los 10 kilómetros, una distancia muy demandada a través de las redes sociales desde que en el año 2019 se incluyó por primera vez y que en 2020 no se pudo mantener por las rigurosas limitaciones de aforo que existían en aquel momento. En esta distancia los vencedores fueron Carlos Portos y Mari Ángeles Castro.
Con salidas escalonadas desde el puente de Os Tirantes –los participantes salieron de 100 en 100 cada dos minutos–, el Medio Maratón pasó también por el puente de Santiago, Rafael Areses, Alexandre Bóveda, avenida de Bos Aires, avenida de Uruguai, travesía Galera, Arcebispo Malvar, plaza de España, Marqués de Riestra, Oliva, García Camba, Peregrina, plaza de la Peregrina, Paseo de Antonio Odriozola, Soportais, Curros Enríquez, calle Real, Celso García de La Riega, Valentín García Escudero, Padre Gaite, Padre Fernando Olmedo y José Malvar, pasando por algunas en dos ocasiones al dar la vuelta, para finalizar en las pistas de atletismo del Centro Galego de Tecnificación Deportiva, donde los atletas corrieron por la calle 1, dando casi una vuelta completa antes de atravesar la línea de meta.
