Seixo, en Marín, Cerdedo-Cotobade, Campo Lameiro... y ahora Campelo, en Poio, según acaba de denunciar el PSdeG-PSOE del municipio. La sucesión de cierres de oficinas bancarias no cesa y la lista de localidades que se quedan sin este servicio no deja de crecer. En Carballedo (Cerdedo-Cotobade) ya se celebró una manifestación hace semanas contra esta medida y para el viernes está prevista otra en Campo Lameiro.

La situación ha llevado al PSOE a elevar una queja al Parlamento gallego. La portavoz adjunta del Grupo Socialista, Paloma Castro, acaba de presentar una serie de iniciativas parlamentarias para exigir que la Xunta "inicie de inmediato las gestiones oportunas" para frenar el cierre de la sucursal de Abanca en la parroquia de Campelo (Poio), programado para el próximo 8 de septiembre.

La parlamentaria socialista advierte que este cierre dejará a la parroquia "sin el servicio bancario diario que brinda una institución financiera", afectando muy negativamente la calidad de vida de la población mayor, a la que es imposible acceder a los nuevos beneficios tecnológicos con los que se pretende sustituir el trato personal con los empleados de la sucursal”.

Añade que esta reestructuración obligará a los vecinos a trasladarse a otra parroquia para realizar cualquier trámite de gestión o bancario que necesiten, además de afectar "sin duda alguna a la economía de la zona, incluidos los servicios, la hostelería y el comercio".

Señala que "el acelerado proceso de digitalización en el que están inmersas las entidades financieras gallegas, ignorando el vacío en este campo para muchos colectivos, especialmente los mayores y residentes en municipios rurales, muestra una realidad compleja que requiere la intervención inmediata de las administraciones públicas". .

Recordó que la atención al medio rural y la lucha contra la despoblación "pasa por el mantenimiento y consolidación de los servicios básicos, y en mayor medida en las zonas donde existe un problema demográfico". Por ello, concluye, "los poderes públicos no pueden permanecer ajenos a los procesos que están provocando un declive creciente en el medio rural, contrario a lo que ha manifestado en múltiples ocasiones el actual Gobierno gallego".

"Intolerable"

El teniente de alcalde del Concello, el socialista Gregorio Agís, considera "intolerable" que "un banco que ha sido público, con importantes rendimientos económicos, cierre sus oficinas sin tener en cuenta las consecuencias para sus clientes y los vecinos". Recordó que "ya se cerraron las oficinas de Raxó y San Xoán y ahora piensan cerrar la oficina de Campelo", y señaló que "no podemos permitirlo".