Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El arte de las muñecas de goma eva

Sara Arias enseña en su taller una fofucha basada en ella misma. Rafa Vázquez

La creatividad no tiene límites. Y el arte que brota de las manos de Sara Arias, tampoco. Puede que la palabra ‘fofucha’ le resulte extraña a una gran parte de personas. En cambio, si se busca en Google aparecen más de dos millones de resultados y miles de imágenes de estas muñecas artesanales, que son desde hace unos años lo último en manualidades. Hechas a base de goma eva, su mayor singularidad es que pueden personalizarse fácilmente. Si uno se va fijando las verá como adorno en escaparates, mostradores… o tal vez alguien le regale una en algún momento de su vida.

Cumplir el sueño de verse convertido o convertida en muñeco es posible también en Pontevedra. Sara ha conseguido convertir su hobby en un escaparate de éxito que funciona gracias al boca a boca y, sobre todo, en la red. Esta artista pontevedresa rebosa talento y generosidad. Sus fofuchas son una muestra de cariño y agradecimiento que regala a quienes le rodean, pues considera que “las cosas hechas a mano siempre gustan más”, por el tiempo y dedicación que la persona decide invertir en su confección.

La gente se sorprende mucho al ver que ahora puedo llegar a hacerlas en tres horas

decoration

De las manos de Sara Arias han salido un montón de profesoras, médicos, futbolistas, peluqueras y fisioterapeutas, pero la fofucha que recuerda con más cariño es, sin duda, la primera. “Comencé a interesarme por las fofuchas en septiembre de 2014, justo unos días antes del cumpleaños de mi novio. Quería regalarle algo original, y siguiendo instrucciones de páginas de Internet me lancé a hacer su fofucha. Tardé mucho tiempo, semanas, había comprado una plancha entera de goma eva que sólo me sirvió para los pequeños rectángulos de los zapatos”, recuerda emocionada la joven artesana.

Desde ese primer muñeco Sara ha desarrollado una habilidad extraordinaria, en sus manos la goma eva puede adquirir las formas más singulares y sorprendentes, un talento que no pasa desapercibido, y que, sobre todo, se demuestra en la rapidez que la experiencia le ha otorgado. “La gente se sorprende mucho al ver que ahora puedo llegar a hacerlas en tres horas”, confiesa la artesana.

Sin embargo, cuenta que los comienzos no fueron tan sencillos. “Cuando comencé, y aunque llegue a parecer extraño, no había variedad de colores de goma eva para hacer las fofuchas. De hecho, los tutoriales de Youtube que veía eran de personas de fuera de España, porque aquí todavía no se habían popularizado. Por ejemplo, recuerdo que para hacer una fofucha del Pontevedra CF necesitaba color granate, y no conseguía encontrarla. En tienda física era imposible, pero es que también me costó dar con ella en Internet”. Hoy en día la gama de colores de goma eva es casi inabarcable, “la hay incluso con patrones estampados”, aclara Sara, quien prioriza a la hora de hacer sus muñecas “las compras en el comercio local”, confiriendo aún más valor si cabe a estas obras de artesanía.

La importancia de los detalles

Los detalles también son muy importantes para esta maestra de profesión, a la que le encanta trasladar su afición por las manualidades a su trabajo en el aula. “Trato de que cada fofucha tenga un accesorio que ayude a reconocer a la persona, como una forma de identificarse”. La joven confiesa que las fofuchas más costosas “son aquellas de personas con pelo rizado, porque debes ir ondeando una a una cada tira de goma eva”, pero le encanta ponerse retos y ya ha hecho desde simulaciones de auténticas zapatillas deportivas a enrevesados trajes de motorista.

De mi madre adquirí mi afición por las manualidades

decoration

En su perfil de Instagram (belmacreations) la pontevedresa da visibilidad a su trabajo, conformando un auténtico mosaico fotográfico de atractivos colores y singulares formas, y en donde imperan la variedad y la personalización de los productos. Tanto es así que las fofuchas ya han evolucionado a innovadores fofulapices, fofubroches o fofullaveros. “En realidad el perfil de Instagram pertenecía a mi madre, porque de ella adquirí mi afición por las manualidades”. Y es que la pasión y la creatividad de la joven encuentra reflejo en los accesorios y elementos decorativos diseñados por su madre, desde paneras hechas con folios, a bolsos elaborados con folletos de propaganda, de cuyo talento cualquiera puede ser testigo en la red social.

Otro mundo de auténtica fantasía, en el que Sara se siente como pez en el agua, es el de los abalorios. “Comencé desde pequeña, siguiendo el ejemplo de mi madre, y retomé esta afición el año pasado, cuando me rompí el codo y como modo de rehabilitación”, cuenta la artista. Collares, pulseras, portamascarillas o cuelgamóviles, con diseños coloridos y divertidos, hacen las delicias de pequeños y mayores, convirtiéndose en una de las tendencias de moda del verano. Así, la artesanía, en forma de manualidad, adquiere en las manos de Sara el valor de la ilusión y la magia del carisma de quien pone el corazón en todo lo que hace.

Compartir el artículo

stats