El célebre arquitecto británico David Chipperfield visitó ayer la Boa Vila para conocer el plan urbanístico de la ciudad y aceptar la invitación del Concelo de Pontevedra a participar en el ciclo de conferencias "Urbtopias". Se trata de una iniciativa puesta en marcha por la Consellería de Promoción de la Ciudad, que echó a rodar en el 2018, y con la se pretende convertir a la capital de la provincia en un punto de encuentro y debate urbanístico sobre el devenir de las ciudades.

Toda la arquitectura de David Chipperfield cabe en una cafetera. Es curioso, pero cierto. En concreto, la Moka, que él mismo diseñó hace dos años en homenaje al primer modelo que la marca italiana Bialetti sacó al mercado en 1933. Este artista consagrado de planos y maquetas es también un maestro en la proyección de museos, como el Tate Modern, el Museo Nacional Británico de Arte Moderno. En su visita a Pontevedra estuvo acompañado por el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, y los concelleiros de Urbanismo y Mobilidade, Xaquín Moreda y Cesáreo Mosquera.

“Cualquiera que esté interesado en urbanismo debe tomar como referencia el modelo de ciudad implantado en Pontevedra”, explicó Chipperfield en un paseo por el centro urbano con parada en la Glorieta de Compostela. El arquitecto destacó el papel de la Administración local en el diseño de los espacios públicos al considerar que “nada es posible sin voluntad política, porque el mundo está lleno de arquitectos con hermosas ideas que, en muchos casos, se vuelven irrealizables ante la falta de apoyo institucional”. Para Chipperfield, lo que se ha logrado en Pontevedra “es admirable” y considera que otras ciudades del mundo deberían tomar de ejemplo a la Boa Vila en su compromiso y trabajo de cooperación con profesionales urbanistas.

En cuanto a la recuperación de los espacios públicos en favor de las personas, reduciendo el tráfico rodado, el británico volvió a alabar la estrategía implementada en la ciudad “porque sacar a los coches del centro de las ciudades supone casi un suicidido político para cualquier alcalde, pero es verdaderamente lo único que pude tener un impacto sobre nuestra calidad de vida”. Para Chipperfield, los lugares públicos son “la expresión de la comunidad” y por ello deben ser “protegidos, atesorados y apreciados”, siendo “fantástico ver como esto ocurre en Pontevedra”.

“Pontevedra es un ejemplo de como las ciudades deberían ser en el futuro. Hay que recordar que un edificio, por muy bien que esté construído, no cambia el mundo, pero la estructura de una ciudad, sí puede hacerlo”, concluyó el arquitecto al que el alcade agradeció su participación en el próximo ciclo de coloquios y debates “Urbtopías” que se celebrará a finales de año.