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El Eje Atlántico impulsa la estación del ferrocarril

Viajeros en la estación del tren de Pontevedra. Gustavo Santos

La estación del ferrocarril de Pontevedra recibe cada mes alrededor de 70.000 viajeros de Media Distancia, que corresponde al trayecto completo entre Vigo y A Coruña. Son 24.000 más de los que se registraban en 2014, último año antes de que, en abril de 2015, entrara en servicio el actual Eje Atlántico, que estrenó nuevo trazado de doble vía en muchos de los tramos y redujo notablemente los tiempos de viaje, aunque también supuso un aumento de precios.

Esto significa que desde la puesta en funcionamiento de este servicio, la estación pontevedresa gana una media de 5.000 usuarios cada mes. Así se pone de manifiesto con los datos oficiales que maneja el Ministerio de Transportes en su Observatorio del Ferrocarril en España, un documento que analiza el uso de las estaciones del tren desde 2008 hasta 2019, años todos ellos de funcionamiento “normal” del ferrocarril, toda vez que los resultados de 2020 no pueden compararse con los del resto debido a los efectos del COVID. La pandemia provocó durante meses una reducción casi al mínimo del uso del tren, ya que incluso se recortó notablemente la parrilla de enlaces.

Según estos datos, en 2008 pasaron por la terminal pontevedresa, solo en Media Distancia, 675.000 usuarios, volumen que fue creciendo paulatinamente hasta los 730.000 de 2011. A partir de ahí se registra un descenso que llega a su punto más bajo en 2014, con menos de 540.000 pasajeros. Es en este momento cuando se produce un punto de inflexión. Todo apunta a que se debe a la puesta en servicio del Eje Atlántico, que implicó no solo la mejora del trazado ferroviario, sino también una remodelación de la propia estación, que incorporó nuevos andenes y taquillas, ascensores y otras mejoras.

Desde 2015

En 2015, el número de usuarios ya aumentó a 627.000 y la barrera de los 800.000 se superó en 2017, hasta llegar a los 840.000 del último año con funcionamiento ordinario, el de 2019. Supone, por tanto, un aumento global, en todo el ciclo, de más de 300.000 usuarios, es decir, 60.000 más cada año, lo que se traduce, a su vez, en 5.000 nuevos pasajeros durante cada mes desde 2015 hasta ahora. Estas cifras no incluyen la Larga Distancia, básicamente la conexión con Madrid, que supusieron unos 35.000 viajeros más, según los últimos datos oficiales.

La parrilla de viajes de Renfe de ayer lunes detallaba que Pontevedra dispone de 14 conexiones diarias con Vigo, entre las 7.00 y las 22.30 horas, y otras 13 hacia a A Coruña, entre las 5.40 y las 21.00.

Los casi 840.000 viajeros en todo un año de la terminal pontevedresa sitúan a esta estación por detrás de Santiago y A Coruña (con 2,5 y casi dos millones de usuarios respectivamente), pero por delante de Vilagarcía, que ronda los 687.000 pasajeros). En el caso de Vigo, el Observatorio del ministerio solo hace referencia a la estación de Urzáiz, con 825.000 viajeros, pero no incluye la de Guixar.

El documento también hace un análisis del tráfico ferroportuario, es decir, las mercancías que los puertos embarcan o desembarcan en las estaciones del tren. En este apartado, destaca el Puerto de Marín, ya que es el segundo con una mayor cuota de uso de este sistema de transporte, al mover en ferrocarril el 12,4% de sus mercancías en 2019, solo por detrás del 15,4 del Puerto de Santander. En total, según el Ministerio, se cargaron o descargaron en la estación casi 300.000 toneladas de productos vinculados al tráfico marítimo.

Vialia, bajo mínimos

El fenómeno de los centros comerciales no parece cuajar en Pontevedra. El centro comercial de A Barca languidece desde hace años y en pocos días cerrará el supermercado Carrefour allí ubicados (para ser sustituido en noviembre por Eroski) y el otro foco de parecidas características en el casco urbano, el de Vialia en la estación del ferrocarril, cumplió el pasado mes de febrero veinte años desde su apertura en 2001, con buena parte de sus locales disponibles.

Mientras el centro comercial Vialia de Vigo, en la estación de Urzáiz, acumula sin cesar contratos con empresas y comercios y prepara su apertura a pleno rendimiento para septiembre próximo, el complejo pontevedrés apenas ofrece actividad, con la crisis del COVID como “puntilla” para los negocios que aún continúan abiertos, en especial los cines. También es verdad que el recinto vigués tiene unas características de tamaño y diseño muy diferentes al de la calle Eduardo Pondal, mucho más pequeño y sencillo.

En todo caso, en sus veinte años de vida nunca alcanzó su pleno rendimiento. A día de hoy, la página web del Administrador de Infraestructuras Ferroviaria (Adif) indica que Vialia Pontevedra cuenta con al menos 11 locales comerciales disponibles, que suman una superficie de 2.841 metros cuadrados sin uso. Los hay de pequeño tamaño –cinco de 20, 50 o 60 metros cuadrados aproximadamente–, otros más grandes, con otros cinco entre los 100 y los 600 metros cuadrados, y uno más muy amplio, de 1.360 metros cuadrados, ubicado en el sótano y que en sus inicios estuvo ocupado por un gimnasio.

Locales ocupados

La misma página web explica que a día de hoy hay en funcionamiento dos establecimientos de ocio (los cines y una sala de juegos), dos de restauración (uno de ellos la cafetería de la estación, pero no se cita en restaurante de comida oriental que funcionaba en el recinto) y tres más de servicios: dos de alquiler de vehículos y una máquina de fotos. Es decir, un abanico muy escaso y poco diversificado.

Galicine, la empresa que gestiona las salas de proyección de Vialia, alertaba hace unos días en la páginas de FARO de los perjuicios que suponen las restricciones sanitarias para su actividad y no parece que el efecto positivo del Eje Atlántico en el aumento de usuarios repercuta en la actividad de Vialia. En los últimos meses han sonado firmas para implantarse en el recinto, como Decathlon y Aldi, pero ninguna de ellas ha cuajado todavía.

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