El fenómeno de los centros comerciales no cuajan en Pontevedra. Los grandes recintos que proliferan en las ciudades gallegas chocan en la capital del Lérez con un Plan de Urbanismo obsoleto que no reserva espacios para ellos, la oposición del gobierno local a permitirlos y, aparentemente, poco calado en la sociedad local. El centro comercial de A Barca languidece desde hace años y el otro foco de parecidas características en el casco urbano, el de Vialia en la estación del ferrocarril, no logra despegar después de trece años de funcionamiento.

Una de las últimas "puntillas" fue el cierre de sus salas de cine, pero el declive viene de lejos, casi desde su apertura, que se produjo, oficialmente, en febrero de 2001. Según los datos oficiales que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), gestor de las estaciones del tren, a día de hoy son al menos ocho locales comerciales los que permanecen vacíos, con una superficie total que ronda los 1.750 metros cuadrados. Curiosamente son también ocho los espacios aún ocupados, dos de ellos de gran tamaño, con un restaurante de comida oriental y una sala de juegos recreativos. Además subsisten dos locales de alquiler de coches, una tienda de regalos, un bar-cafetería, una peluquería y un quiosco de prensa.

Pero las bajas son considerables. La última es un comercio de ropa y artículos vinculados al ocio y la aventura, pero una de las más llamativas se produjo en la primera etapa del centro comercial, con la desaparición del gimnasio y la piscina que se ubicaba en el sótano del inmueble. El local, de más de 1.360 metros cuadrados permanece vacío y sin visos de que salda adelante a corto plazo. Al margen de este sótano, las dependencias disponibles oscilan entre los 14 y los 101 metros cuadrados.

Como factor añadido al panorama que presenta Vialia, están las obras de remodelación de la estación, para adaptarla a la llegada del AVE, y que ocupan buena parte de los andenes y la playa de vías, si bien se calcula que su remate, además de próximo, servirá para mejorar la imagen general de las instalaciones.

Sea como sea, las esperanzas para que el centro Vialia recobre parte de su animación pasan por la reapertura de sus salas de cine, cerradas hace seis meses por el impago del alquiler por parte de la anterior adjudicataria. Ese cierre dejó a Pontevedra como una de las escasas capitales españolas sin este servicio.

La nueva gestora de los cines, Coruña Films SL, elegida por Fomento el pasado agosto, trabaja desde hace semanas en el acondicionamiento de las instalaciones con el fin anunciado de inaugurarlas en diciembre.