Nuestra bonita gasolinera

La antigua estación de Costa Giráldez se transformará en un supermercado | Cientos de utilitarios, camiones y buses pasaron por sus talleres desde su fundación en 1951

Trabajadoras atendiendo uno de los pedidos de gasolina.

Trabajadoras atendiendo uno de los pedidos de gasolina. / F. C-Giráldez

Gasolina normal, súper y gasóleo; pero también alojamiento de vehículos, arreglo de ruedas, cambios de aceite y valvulina, engranajes, limpiezas de tapicerías, cambio de bujías y lámparas, vapor para bajos y motores... En 1951 el matrimonio formado por Valentín Costa Giráldez y Noemia Giráldez Fernández abre la verja de la gasolinera familiar pensando en ampliar el servicio de surtidores con un amplio catálogo de suministros, con la intuición de el transporte sería un buen nicho de negocio en los siguientes años.

La apuesta sería un éxito y en los años siguientes “el perfil de nuestros clientes abarcaba desde el propietario de un coche utilitario para uso familiar, hasta camiones y autobuses de gran tamaño de empresas de transporte de mercancías y pasajeros”, explican sus descendientes, la tercera generación al frente del negocio familiar y que ahora es testigo de una nueva transformación del edificio.

Éste, como el desaparecido garaje Puig, es un ejemplo interesante de la arquitectura industrial, mezcla de granito en los cerramientos y estructura de hormigón armado, muy típica de mediados del siglo XX y ya inexistente.

La gasolinera de Costa Giráldez fue pionera en la contratación de mujeres/ follasverdesconpontevedra.blogspot.com

La gasolinera de Costa Giráldez fue pionera en la contratación de mujeres. / Follasverdesconpontevedra.blogspot.com

En la esquina de Benito Corbal con Javier Puig, hoy epicentro comercial de la ciudad, con vuelo y abierto a la calle, “se construyó para albergar una gasolinera y posteriormente un garaje con todo tipo de servicios para el mantenimiento del automóvil, autocares y motos”, explica la familia propietaria.

A principios de los años 70, llenar el depósito en Costa Giráldez costaba 180 pesetas y muchos vecinos de la comarca recuerdan que fue allí donde vieron por primera vez un coche en concreto, desde el Seat 600 “a varios lujosos Rolls-Royce”, recuerdan los propietarios.

Construcción de la gasolinera, que abrió sus puertas en 1951/ Archivo Familia Costa Giráldez

Construcción de la gasolinera, que abrió sus puertas en 1951/ Archivo Familia Costa Giráldez

Allí vieron los pontevedres el segundo coche de la ciudad, cuyas ruedas eran de radios y llantas de madera y al que en el año 1903 se le asignó la matrícula PO-2

Entre los vehículos que más sorprendieron también señalan al “segundo coche de Pontevedra, un Renault cuyas ruedas eran de radios y llantas de madera” y al que en el año 1903 se le asignó la matrícula PO-2.

En los talleres y al frente de los surtidores, una plantilla estable de la que la familia se siente especialmente orgullosa. Algunos de los trabajadores “pasaron con nosotros más de 50 años, lo que hace que los consideremos como un miembro más de la familia, como Silverio, Gerardo, Manolo, Lito y Lolita. Si algo nos gustaría es dar las gracias a todos los clientes por estos 70 años de confianza y también a los profesionales, por la profesionalidad y entrega”.

Adaptada para su siguiente uso, la gasolinera reabrirá como supermercado. Hubo otros tiempos, en los que el edificio también fue gimnasio o academia, y ahora empieza el nuevo.

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La gasolinera de Costa Giráldez fue pionera por varias razones, a la cabeza por ser una de las primeras empresas en gestionar el suministro de combustible a la Boa Vila, pero también porque hace alrededor de 60 años incorporó a mujeres a su plantilla. Ellas atendían los surtidores, tanto para los pedidos de vehículos como para rellenar las numerosas garrafas que se encargaban cada día en la gasolinera.

En paralelo a la incorporación de mano de obra femenina, la empresa “dio trabajo a empleados que padecían alguna discapacidad física”, señalan los propietarios, que recuerdan que a lo largo de estos años “uno de nuestros profesionales era popularmente conocido como El mudo”.

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