La brusca caída del mercurio este diciembre nos ha recordado que se acerca el invierno. Una obviedad que las altas temperaturas registradas el pasado mes habían desdibujado. La borrasca Dora devolverá a Galicia su carácter atlántico en los próximos días, barriendo unas semanas más cálidas de lo habitual para esta época. De hecho, esta mañana se han producido las primeras nevadas del otoño en el interior de la provincia de Pontevedra. Las cotas más altas de los concellos de Ponte Caldelas y A Lama (como Xesta y Seixido) veían cuajar un manto blanco con la caída de los copos bruto de la masa de aire polar.

En noviembre apenas abrimos el paraguas, y los guantes y bufandas no hicieron falta. Los termómetros marcaron una media de 12,9 grados, según los datos recogidos por la estación meteorológica de Lourizán. Es la cifra más elevada desde 2015, cuando el mercurio se disparó hasta los 14,2. El pasado mes resultó inusualmente cálido, con unas temperaturas máximas que marcaron una media de 18 grados. En el otro extremo, el de las mínimas, el promedio fue de 9,1. El mercurio escaló hasta los 21,8 grados el día 19 de y se hundió hasta los 4,4 el 23. Esta brecha térmica supone una diferencia de casi 10 grados en el momento más frío y el más caluroso del día. 

Estos valores bajarán notablemente este fin de semana. Dora enfriará tanto el tiempo que se espera nieve en las cotas más altas del interior de Pontevedra y de las montañas de Ourense y Lugo. El aire polar soplará con fuerza en la costa coruñesa, donde se activa la alerta roja por olas de hasta 9 metros. En las Rías Baixas el aviso es de nivel naranja en el mar. 

Lluvias tras un noviembre seco

Dora viene cargada de lluvia y nieve. El fin de semana lloverá de forma continua y abundante en toda Galicia. Esta cortina de precipitaciones descarga tras un mes de noviembre seco en Pontevedra, con el registro más bajo desde 2017, el año de la gran oleada de incendios. 

El pasado mes apenas llovió 14 días en los que se acumularon 105,8 l/m2, según los medidores de la estación de Meteogalicia en Lourizán. Esta cifra es tres veces inferior a las recogidas en el mismo período de 2019 y 2018, con 384 m/l2 y 326 m/l2 respectivamente. El valor más bajo se data en 2017, con solo seis jornadas de chubascos y 75 m/l2. Un registro dramático tras el mes de octubre que redujo a cenizas 50.000 hectáreas de monte

La lluvia fue una constante en la mañana del viernes en la Boa Vila. Rafa Vázquez

A falta de diciembre, este 2020 se perfila como un año más seco que el anterior. Las precipitaciones acumuladas a lo largo de 2019 alcanzaron los 1.726 m/l2 en la estación de Lourizán, mientras que los últimos once meses se quedan en 1.136. Parece difícil que la recta final del año aporte más de 400 l/m2, lo que supondría casi un “diluvio” hasta Nochevieja.