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Plan Revitaliza y Una forma de convertir los restos orgánicos en abono para plantas

Compostaje: cuidar el futuro desde el pasado

En la calle Eduardo Pondal, donde antes colgaban carteles en contra de la iniciativa, cada vez más vecinos se suman a la elaboración de compost - Ya es uno de los centros comunitarios más participativos de la ciudad

No hace tanto tiempo, mayoritariamente en los pueblos, casi todo el mundo tenía finca, huerta o animales y los restos de la comida nunca iban al contenedor, sino que se aprovechaban de una manera u otra. El tiempo ha apartado esas costumbres y ahora todo lo que sobra acaba en el contenedor gris. El plan Revitaliza, puesto en marcha por la Diputación de Pontevedra, dio un vuelco a este hábito e impulsó el compostaje como método de aprovechamiento de residuos orgánicos. Desde entonces se suman cada vez más localidades de la provincia. En este aprovechamiento de residuos son una pieza clave los maestros composteros, el personal que vigila que el proceso se haga correctamente en los centros de compostaje comunitario y que asesoran a los usuarios y usuarias de composteros individuales.

"Esto es lo que se hacía antes, pero 3.0, más bonito más limpio y sin ningún tipo de molestias, explican Raúl Búa y Emilio Rodríguez, maestros composteros de Pontevedra.

Cada uno de ellos lleva entre 25 y 40 unidades de compostaje y su trabajo es supervisar que la gente tape con estructurante los bioresiduos, además de mezclarlos, vigilar el proceso de compost y resolver dudas a los usuarios. "Se tienen que separar bien los residuos de comida en casa y no traer restos de plásticos o vidrios, echarlos en el compostero y taparlo con el estructurante, triturado de poda de parques y jardines, que tienen al lado de las unidades de aporte". Los vecinos encuentran en los centros de compostaje comunitario varios depósitos, las unidades de aporte, donde siempre esta el material fresco y otras unidades de maduración, a los que solo pueden acceder los maestros y donde se hace el proceso de compost.

El oxígeno, un elemento clave

El estructurante es fundamental en el proceso de compostaje. Está formado por restos de madera triturada y es la clave para que no huelan los residuos. La materia orgánica tiende a apelmazar sin que corra aire por el medio, esto se llama descomposición anaerobia, que es a lo que llamamos comúnmente putrefacción. El estructurante hace que se formen huecos por donde corre el oxígeno y así se alcanzan temperaturas de hasta 70 grados, gracias a las que se produzca el compostaje.

Según los maestros en una zona como la calle Eduardo Pondal, donde compostan aproximadamente 300 vecinos, se pueden sacar entre 700 y 1.000 kilos de compost en unos tres meses. El fertilizante, la final, acaba en los vecinos que compostan. A través de una lista que llevan los trabajadores, los usuarios solicitan el compost y se les da en la medida que necesitan, cribado o sin cribar. "Los que mas llevan son los que tienen huerta. y quienes más lo aprecian, quienes lo prueban no vuelven a comprar fertilizante porque ningún producto comercial puede competir con esto", explica Búa.

"Notamos que la gente está implicada y cada vez hay menos oposición", recuerdan que en los edificios de Eduardo Pondal antes colgaban carteles en contra de los composteros y que la gente exponía el olor como principal problema, incluso antes de que se implantara el plan. Ahora admiten que "algunas de las personas que al principio estaba en contra ha acabado participando, la realidad es la que acaba convenciendo al usuario de que esto no supone ningún tipo de problema", explican.

Como César Mosquera, vicepresidente de la Diputación y responsable del Plan Revitaliza, los maestros coinciden en que esta es una muy buena iniciativa, pero que no se podría llevar de esta forma a toda la ciudad o al centro de ciudades grandes como Vigo. "No es la manera idónea de gestionar todos los residuos orgánicos de un ayuntamiento porque necesitarías 350 composteros y una plantilla de 100 personas", opinan. "Lo ideal sería separar la materia orgánica, pero por otros medios, un contenedor distinto y que vaya a una planta de tratamiento. Este método es perfecto para urbanizaciones y zonas más del extrarradio, dependiendo de la densidad de población", comparten. Al igual que defienden que "tampoco tendría sentido en el rural, donde es mejor que cada uno tenga su compostero individual". "Aquí vienen un poco de los residuos orgánicos de este barrio, pero no es todo porque no todos los vecinos participan y el grueso sigue yendo al contenedor", recuerdan.

Formación en compost

Tanto Emilio Rodríguez como Raúl Búa tienen experiencia en el sector, el primero trabajó en la universidad de Vigo en un departamento de I+D+I sobre biorremediación y gestión de residuos industriales , además de trabajar en una planta de compostaje. El segundo hizo un máster de ingeniería ambiental con un módulo de gestión de residuos. La Diputación basa el Plan Revitaliza en la rigurosidad y control de los centros de compostaje comunitario y futuras plantas comarcales. Por ello y por la escasez de personal formado específicamente en la materia, puso en marcha un curso de formación denominado 'Facultade da Compostaxe' que actualmente está ya consolidado como un título propio da Universidade de Vigo. Entre el profesorado hay expertos reconocidos que trabajan en el sector y profesores universitarios que imparten clases magistrales. Previamente, los futuros maestros composteros deben pasar un examen de entrada donde se preguntan fundamentos de biología, química y gestión de residuos, así como una entrevista.

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