Las calles del centro de la ciudad de Pontevedra volvieron a acoger con fervor a su Virgen Protectora, la Peregrina, en una de las procesiones más multitudinarias que se recuerda de los últimos años.

Acompañando a la santa, la Guardia Civil y precediéndola, la Brilat (que abrió el acto a paso militar), los Bombeiros Voluntários de Barcelinhos (Portugal), la Policía Nacional portando un estandarte bordado, la Escuela Naval y Defensa, representadas estas últimas por la comisaria Estíbaliz Palma, el comandante Ignacio Cuartero y el coronel Ángel de Miguel Campos.

Los bomberos portugueses caminaron en la procesión junto a miembros de la Asociación de Amigos do Camiño Portugués a Santiago, presidida por Celestino Lores.

Completaron la comitiva varias cofradías de Pontevedra, entre las que no podría faltar la de la Peregrina, con su presidente, Ignacio Landín, al frente y acompañado por la ex presidenta del Congreso, Ana Pastor, y la presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer, Josefa Crespo.

Entre los numerosos fieles que acompañaron a la Virgen, concejales del PP local como Rafael Domínguez, Pepa Pardo y Pablo Fernández. También el diputado y alcalde de Cerdedo-Cotobade, Jorge Cubela.

Gigantes y cabezudos

Los gigantes y cabezudos dieron el toque lúdico al acto, interactuando con grandes y pequeños.

La belleza de los trajes tradicionales se exhibió con asociaciones folclóricas, a ritmo de música gallega, entre ellas Duos Pontes. Precisamente, este colectivo interpretó, como ya es tradición, la danza gremial de cintas, al regreso de la procesión al santuario.

La Virgen Peregrina lució el recientemente restaurado manto azul con bordados y flecos en dorado, que las monjas clarisas bordaron hace más de 150 años. La pieza fue reestrenada en 2016 después de que la modista de Tomeza Nati Fontán realizase un extraordinario trabajo. Se trata de la segunda restauración que el manto sufrió en el último siglo.

La santa fue portada en la tradicional carroza, la que lleva a los niños el día anterior para efectuar la ofrenda floral y que también ha sido restaurada este año. Los trabajos duraron meses, durante los cuales este transporte religioso estuvo en una carpintería marinense.

Como supera los 120 años, la rehabilitación fue casi integral. Se reemplazaron las ruedas en mal estado por otras totalmente nuevas, se cambió la estructura de madera para dotar de mayor rigidez al esqueleto de la misma y se eliminaron las varias capas de pintura que había ido acumulando. También se renovaron los tapices, ya que los asientos se hundían cada vez más. La belleza tanto de la Virgen como de su vestuario y de su estandarte fueron admirados por todos los que ayer se unieron a ver pasar la procesión por las principales calles de la ciudad.

Tras este recorrido, la santa regresó a su santuario, uno de los más visitados de Galicia y en el Camiño de Santiago por su condición de protectora de la ruta hasta Compostela y todos los peregrinos que la realizan.