La depuradora se diseñó para un caudal medio de 750 litros por segundo (con picos de 900), si bien el real que llega a la planta, en tiempo seco, es muy inferior, de apenas unos 500 l/s: unos 70 desde Marín, algo menos de 40 desde Poio y alrededor de 300 desde Pontevedra, más cerca de 20 de vertidos industriales. Aún así, no es capaz de tratar esas aguas residuales y todo lo que sobra se vierte sin depurar en la zona de Cocheras, punto de queja constante de los mariscadores. Con la mejora que ahora tiene en marcha la Xunta se quiere no solo corregir este cúmulo de deficiencias, sino incluso consolidar la capacidad real de tratamiento a 900 litros por segundo, prácticamente el doble de lo que se recibe en jornadas normales.

Los problemas de la planta son constantes, pero especialmente graves cuando llueve. Se subraya que "no existe una relación entre la capacidad de los bombeos de Pontevedra (Cocheras), Poio (Froiz) y Marín (Lonja) que impulsa el agua a la depuradora. El valor total de estos bombeos así como una serie de colectores secundarios que se suman a los anteriores de la zona de Estribela, Lourizán y el Puerto de Marín representan un valor del orden de 2.000 l/s que llegarían al bombeo de cabecera de la planta", muy por encima de la capacidad oficial y real.

Por ello, "el bombeo de Cocheras ejerce de elemento limitante de caudal", lo que "hace que en tiempo de lluvia los vertidos sean continuados y de gran entidad en este bombeo", es decir, las aguas residuales salen al mar antes de llegar a Placeres y en cantidades elevadas.