Augas de Galicia ya tiene en marcha su proyecto de mejora de esta planta y desde ayer se encuentra expuesto al público, con un presupuesto de 16,5 millones de euros. Esta obra se limita a la reforma de la planta actual, sin afectar a otros terrenos, pero mantiene que la polémica ampliación, a la que se oponen vecinos y todos los grupos de la corporación , "es imprescindible".

Sin embargo, "esa imprescindible ampliación" que hace unas semanas era muy urgente, ya vuelve a cambiar de calendario. Con el inicio de las protestas vecinales en Lourizán la Xunta ya anunció un cambio de planes para ocupar posibles terrenos de Ence en lugar del desmantelado campo de fútbol de Placeres. Además, calificó esa nueva depuradora como una "previsión" a criterio de los técnicos.

Ahora, la documentación que se expone al público, durante un plazo de treinta días hábiles, ya marca un periodo más amplio, de cuatro años. Califica de "provisional" la mejora ahora en marcha y dice que "la actuación definitiva para la depuradora se prevé para el horizonte del año 2023 dado que requiere una tramitación compleja, principalmente por la necesidad de obtener nuevos terrenos (la superficie requerida es significativamente superior a la actual)". Eso sí, insiste, como también ha dicho varias veces Augas de Galicia, que "la situación tras la mejora debe ser contemplada como una situación temporal ya que resulta imprescindible una nueva planta o reforma global debido al estado de envejecimiento general que presenta y que además los caudales de diseño resultan insuficientes para los periodos de lluvia".

Tratamiento secundario

De momento, se apuesta por una reforma de 16.557.751,5 euros -financiada por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) en un 80 %, en el marco del programa operativo Feder Galicia 2014-2020- y la documentación expuesta desde ayer detalla que esta obra "forma parte de las actuaciones de mejora de saneamiento y depuración en el sistema de Pontevedra" y su anteproyecto "valora las actuaciones necesarias para mejorar el tratamiento de la depuradora que permitan que sus caudales de carga y diseño cumplan los límites de vertido de las directivas europeas".

En concreto, está prevista "la modificación del tratamiento secundario existente en un tratamiento biológico de lecho móvil y una posterior decantación lastrada así como la ampliación de la línea de fangos para el tratamiento de los fangos secundarios generados".

Se explica que en épocas de tiempo seco las instalaciones de Placeres "no son capaces de tratar el caudal medio recibido". Añade que "el caudal medio de diseño de la planta es de 750 litros por segundo (superior al medio recibido) pero no es capaz de tratarlos, es decir no se cumplen los parámetros de vertido, debido a la problemática específica en sus elementos, especialmente el tratamiento secundario que presenta graves problemas de concepción que le impiden su funcionamiento".

En épocas de lluvias la situación aún es peor porque "no existe una concepción global del sistema. La planta presenta un caudal de diseño máximo de 900 litros por segundo, muy inferior al diseño de bombeos que llegan a la misma, en torno a dos m3/s. Además, la red no está concebida como sistema unitario y no existe capacidad de laminación del caudal para ajustarse al valor de diseño máximo de la depuradora".

Plazos de ejecución

Después del estudio de al menos cuatro alternativas (entre los 10 y los 24 millones de euros) se apuesta por la denominada 3.2, de 16,5 millones.

La Xunta aclara que "todas las actuaciones se proyectan en el recinto de la depuradora actual", sin incluir ampliación alguna. Añade al respecto que "de los graves problemas de funcionamiento de la planta en su tratamiento secundario, y mientras no se dispone de más terrenos, surge la necesidad de estudiar una solución tecnológica a corto plazo que mejore, para el caudal máximo actual, sustancialmente la depuración tratando de conseguir el cumplimiento de los límites de vertido de la Directiva 91/271/CEE. Se trata de una mejora a corto plazo, con el objetivo de que se pueda poner en funcionamiento a lo largo del año 2019. La actuación se tiene que desarrollar en los terrenos de la actual planta, es decir, con una elevada limitación de espacio. Debe ser lo más compatible posible con la solución definitiva futura que resulte del Plan de Saneamiento o al menos que la condicione lo menos posible".

Se establece un plazo de ejecución de 27 meses, incluidos doce de "periodo de puesta en marcha". Así, tres serían para la redacción del proyecto constructivo, doce para realizar las obras y el año final se dedicará a "la actuación de puesta en marcha de los nuevos procesos de la depuradora, que incluye la coordinación de los trabajos de puesta en marcha, la realización de ensayos, análisis y pruebas para verificar el correcto funcionamiento de los nuevos procesos. Además, a lo largo de este periodo de 12 meses, un equipo especialista realizará labores de asistencia técnica, resolución de problemas y cursos de formación para todo el personal".

La consultora que ejecutó este anteproyecto, Idom, recuerda que la planta de Placeres "es la estación de tratamiento del sistema de saneamiento de los Concellos de Pontevedra, Poio (salvo la zona de Raxó) y Marín así como parte de Vilaboa".

Subraya que "está diseñada para un caudal medio de 750 litros por segundo y un caudal máximo de 900 pero presenta problemas básicos de diseño que provocan bajos rendimientos en el tratamiento, que no tienen nada que ver con aquellos para los que fue dimensionada. En conclusión, los parámetros del efluente tratado están muy lejos de cumplir los límites europeos".

Explica que "las masas de agua del Lérez y la ría son ecosistemas que, en la actualidad, soportan importantes presiones, tanto por vertidos puntuales de aguas residuales urbanas (en tiempo seco y tiempo de lluvia), como por vertidos de aguas residuales industriales, así como por contaminación difusa" y recuerda la amenaza de multa de la Unión Europea.

Sin embargo, no está previsto elevar por ahora los caudales máximos actuales, que se mantendrán con esta mejora en 900 litros por segundo, si bien se insiste en que "en un futuro, este caudal se deberá incrementar sustancialmente para poder tratar los que se envíen en tiempo de lluvia. Además, el cumplimiento de la legislación vigente requerirá paralelamente actuaciones de incremento de capacidad en tramos de los colectores generales y realización de depósitos de retención en ciertos bombeos principales que permitirán la gestión de las aguas unitarias durante los periodos con precipitación".