La psicóloga Iria Calleja es una de las ponentes que participan en el curso sobre Trastorno de Déficite de Atención e Hiperactividad, TDAH, que se celebrará hasta mayo cada martes en la UNED de Pontevedra. Se dirige a profesiones y estudiantes de los campos de la docencia y la salud, así como a familiares de personas que lo manifiesten y quieran ampliar sus conocimientos al respecto.

-Cad vez más el TDAH se aborda desde distintos campos. ¿Por qué esa visión tan amplia?

-Porque nos estamos encontrando tanto en Pediatría como los psicólogos en los gabinetes y los orientadores en las escuelas con niños que vienen con un diagnóstico de TDAH que muchas veces no es correcto o no está completo. A veces es TDAH y otra cosa. Por ejemplo, conviven con dislexia o altas capacidades intelectuales. A veces es difícil discernir. En otras ocasiones, ni siquiera es TDAH. Puede ocurrir que en una situación de separación o divorcio el niño necesite aterrizar emocionalmente por la nueva dinámica. La presencia de emociones fuertes, con picos, por parte de los adultos también les contagia y su conducta emocional se puede confundir con el TDAH.

-¿Quién debe dar las claves para el diagnóstico?

-Nosotros apostamos por un abordaje integral. Muchas veces el diagnóstico proviene desde Pediatría, porque los pediatras, igual que los maestros, son la primera barrera. Después se derivaría a Neurología Pediátrica o a un gabinete donde haya un psicólogo sanitario clínico especializado en el ámbito infanto juvenil.

-¿A qué edad se suele detectar?

-Por lo general en los niños de Primaria, pero también nos llegan personas adultas.

-¿Son los padres los últimos en percibir esos signos de alarma?

-Depende, porque hay tres tipos de déficit de atención. Por un lado está la vertiente más hiperactiva, que coinciden con que es una persona muy impulsiva. Tendríamos también el déficit de atención, que corresponde a personas con más olvidos, despistes... Y, por último, el tipo mixto. Es cierto que cuando hay un niño, suele ser más frecuente en ellos este último tipo, que lo manifiesta, suele dar más problemas, tanto en el colegio como en casa. Desafían los límites porque no los comprenden. Hay que explicarle la norma más claramente y mandarle recordatorios.

-¿Hay vinculación genética en el TDAH?

-Hay un alto componente, sobre todo entre hombres. A la fundación nos vienen a ver muchos padres que una vez que tienen un diagnóstico de sus hijos son conscientes de que a ellos no se lo diagnosticaron en la infancia.

-¿Cuáles son las consecuencias de la falta de diagnóstico?

-En el caso de una persona que tenga todos los componentes: impulsividad, hiperactividad, desatención... suele enfrentarse a situaciones problemáticas tanto en el trabajo, porque no encaja bien, no sigue las normas, le cuestan los horarios, las responsabilidades se le hacen un mundo..., e igual le ocurre en el entorno de la pareja y de las amistades, porque las rutinas les cuestan, así como comprender las rutinas de los demás. Si requieren trabajar en equipo, lo van a tener complicado. Tienen la autoestima muy deficitaria y tienen una idea de sí mismos muy negativa en comparación con los demás.

-Existe una corriente que niega la existencia del TDAH.

-A mí eso me duele y me llega al corazón. Si rastreamos cuáles son las fuentes que están en contra del TDAH comprobamos que son muy dudosas. Se sabe, y hay un montón de evidencia científica a favor de esto, que es un déficit neurobiológico. Es decir, los niños que tienen el déficit de atención tienen una afectación en el lóbulo frontal. Es decir, en las funciones que dependen de este lóbulo tienen problemas. Por ejemplo, en la planificación y en la comprensión de tareas que requieren seguir una serie de pasos. Si tú no puedes planificar, a partir de la Educación Primaria, eso supone fracaso.

-Y llevará parejo un gran sufriento.

-Imagínate, porque nosotros la autoestima la construimos comparándonos con los demás. Es un error, porque deberíamos enseñarnos a compararnos con nosotros mismos, para partir de un punto y ver nuestra mejoría o retroceso. Pero no, lo hacemos comparándonos con los demás porque somos una especie social. Estos niños, todos los días de su vida, se están comparando con sus compañeros de clase y a pesar de que ponen muchísimo esfuerzo, haciendo deberes hasta las doce de la noche, el día del examen sacan un 3. Es muy duro para la autoestima de un chaval.

-¿Qué tipo de tratamiento requiere el TDAH?

-Depende del niño, por eso es un abordaje integral. Si es un déficit atencional únicamente, con cambiar las pautas y la dinámica familiar puede funcionar. Puede hacer falta psicoterapia para tratar la autoestima. Por otro lado, hay niños que ya tienen más síntomas que requieren de tratamientos farmacológico. Hoy día hay distintos tipos de fármacos que actúan sobre los distintos tipos de déficits.

-¿Disminuyen los síntomas con la edad adulta?

-Normalmente, en la edad adulta lo que persiste es la desatención. La hiperactividad y la impulsividad tienden a desaparecer con el paso del tiempo.