El derecho a una muerte digna centró ayer el coloquio "Derechos sanitarios de las personas enfermas terminales" que tuvo lugar en la Escola de Enxeñaría Forestal. La charla se celebró en el marco del programa para mayores de la Universidade de Vigo y contó con la participación de las colaboradoras de la asociación Dereito a Morrer Dignamente,DMD, Laura Fernández y Lucía Calvo.
-¿Por qué es tan importante celebrar coloquios como este?
-Porque la intención es dar a conocer el documento de instrucciones previas o testamento vital y la ley gallega relativa a la muerte digna para que toda persona sepa cómo se puede hacer y si es gratis o no.
-¿Lo es?
-Hay tres formas de hacerlo. Una es ante notario, en la cual hay que pagar. Otra es ante tres testigos, de los cuales dos no pueden tener relación directa por intereses con el firmante del testamento. Y otra es la que se puede hacer en la Xunta, en Pontevedra en el edificio administrativo, mediante cita, porque la persona habilitada está en Vigo de miércoles a jueves, de 10 a 14 horas, y en Pontevedra los otros tres días. Para nosotros la primera opción es esta, porque es gratuita y muy fácil de hacer. El testamento de DMD ya lo hay a nivel gallego, aunque no lleva el logo. Incluye un apartado en el que se opta por la eutanasia si en el momento de querer aplicarlo está legalizada. Lo interesante es registrarlo en el Rexistro Galego de Instrucción Previas, que está en Santiago. Al cabo de quince días recibes un certificado confirmando su registro, que debes tener con el testamento otorgado. Al estar registrado, si tú entras en estado grave en un hospital, el médico puede ver tu voluntad: si es mejor no reanimar, no soportes que te alarguen la vida sin mejoría...
-¿Todo el mundo puede hacer este testamento?
-A partir de los 18 años cualquier persona con capacidad legal para hacerlo.
-¿Desde cuándo se puede formalizar?
-Ya llevamos desde principios del año 2000.
-¿Cuántas personas han optado por esta opción?
-En Galicia hay más de 5.000 personas. La gente cada vez es más consciente, por eso hacemos la labor de informar para que hagan lo que quieran. De esta manera, se favorece también la decisión a los familiares, que cuando se enfrentan a una situación crítica no saben qué hacer. No se habla del tema de la muerte, pero hay que hablar de él, porque cuando pasan este tipo de cosas se sufre mucho.
-¿Es un tema tabú en la cultura gallega?
-Sí, lo es. Hasta hace poco mucha gente no quería hablar del tema, pero la muerte forma parte de la vida como un proceso más.
-Desde la asociación aseguran que la Ley de Muerte Digna Gallega es una de las más avanzadas de España...
-Sí, porque ha sido de las últimas en aprobarse y copió un poco de todas. La primera fue la andaluza. Cuando se hizo aquí, se votó por unanimidad y la asociación DMD colaboró también en su redacción.
-¿En qué se podría mejorar?
-Hay mucho en lo que mejorar. Sobre todo en la información. La Xunta se comprometió a darle publicidad en tres meses y pasaron ya dos años y, salvo nosotros, no lo veo. Ni siquiera el personal sanitario la conoce, en la mayoría de los casos. No conocen los derechos que tú les reclamas.
-¿Quién tiene la última palabra?
-El testamento vital es ley, es de obligado cumplimiento. La familia debe de conocer lo que tú quieres, por eso hay que nombrar representantes, para que tengan una copia de ese documento. El problema es que si das con un médico que no está de acuerdo y no hay nadie que reclame tu voluntad...
-Un problema de ideologías...
-Cada uno puede tener la ideología que quiera, pero hay que respetar lo que esa persona dejó por escrito. Lo bueno del testamento vital es que no es obligatorio, sino voluntario y se puede modificar cuando se quiera.
