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El dragado del Lérez sigue en punto muerto

Las cofradías insisten en su veto a los vertidos en Tambo y la obra no aparece en los presupuestos de la Xunta

El dragado del Lérez sigue en punto muerto

¿Cuando se va a ejecutar del demandado dragado del Lérez? Los últimos plazos marcados por Portos de Galicia confiaban en poder licitar la obra a principios de 2018 y también que los trabajos pudieran iniciarse a lo largo de ese mismo año. No obstante, la oposición de parte del sector pesquero a que el depósito de los sedimentos extraídos del río se realice cerca de la isla de Tambo mantiene paralizado el proyecto. De hecho, la obra tampoco aparece recogida de forma específica en los presupuestos para 2018 que acaba de presentar la Xunta (aunque ello tampoco signifique que no se cuenta con presupuesto en alguna otra partida genérica para ello). Se trata de una obra que Portos valoró en unos dos millones de euros.

La situación en estos momentos está en un momento de "stand by" en el que ambas partes se pasan la pelota mutuamente. Desde la Xunta recuerdan que el ejecutivo hizo sus deberes y redactó un estudio de impacto ambiental que se sometió a información pública a principios de año. Aunque el proyecto había sido consensuado al detalle con las cofradías del fondo de la ría, la publicación del estudio de impacto ambiental preocupó a distintos colectivos, como los bateeiros de la ría o los navalleiros de Portonovo y Bueu. Las dudas incluso comenzaron a surgir también entre algunas de las cofradías que inicialmente colaboraron en el proyecto, como la de Lourizán, que presentó alegaciones. La principal preocupación de los pósitos era la posible afección a los recursos marisqueros de la ría por el vertido de 221.000 metros cúbicos de sedimentos extraídos del Lérez en esta zona situada al oeste de Tambo.

Desde Portos de Galicia insistían esta semana en dos puntos. En primer lugar, el proyecto que se sometió a exposición pública y que contempla la regeneración de esta zona de fango en Tambo con sedimentos procedentes del Lérez cuenta "con todas las garantías", así como con unas medidas de seguridad extremas, por lo que insisten en que su ejecución no afectaría alos recursos de la ría.

En segundo lugar, Portos reconoce que "no queremos hacer una obra en contra del sector, o al menos de parte de él", por lo que insisten en tratar de buscar un acuerdo con las cofradías. A pesar de las reuniones para explicar el proyecto y vencer así los temores de los sectores afectados, la postura de las cofradías que muestran más reticencias al proyecto (Bueu, Portonovo y Lourizán) no ha variado. Esta misma semana dirigentes del sector confirmaban que estas cofradías se niegan al vertido de lodos en Tambo y así se lo han comunicado a Portos.

La otra opción que estudia la Xunta es asumir las demandas del sector y buscar otro punto de vertido para los sedimentos del Lérez. Fuentes de Portos de Galicia no descartaron esta semana dicha posibilidad, aunque matizaron que debe ser el sector el que así lo decida asumiendo que, ante la revisión de un proyecto de tal magnitud, la tramitación del esperado dragado volvería a verse retrasada en el tiempo, lo que imposibilitaría cumplir un cronograma que ya lleva meses de demora por este conflicto.

El dragado no es solo una demanda de las cofradías del fondo de la ría con el objetivo de regenerar bancos marisqueros, sino que permitirá también solventar la falta de calado en el Náutico de Pontevedra.

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