Medio kilómetro de la N-550 entre Alba y Cerponzóns y otros 700 metros de la misma carretera en Salcedo. Son los dos únicos tramos que el Ministerio de Fomento considera oficialmente de "concentración de accidentes" en el municipio. Quedan ya fuera de ese calificativo puntos de la red viaria estatal que antaño sí se consideraban "puntos negros", como la N-541 entre Bora y Mourente, la PO-11 o la misma N-550 en Vilaboa.

Así se detalla en una respuesta en el Congreso a la petición de información del diputado socialista Guillermo Meijón sobre el número de tramos de este tipo en la provincia y las obras realizadas para eliminarlos. El ministerio admitía hasta 2015 la denominación de "puntos negros", de la que huye en la actualidad. De hecho, apunta que "la Dirección General de Tráfico está revisando la metodología de identificación y gestión de los puntos sensibles de la red viaria, por lo que no pueden facilitarse datos de 2016".

Por ello, solo se hace referencia a 17 "tramos de concentración de accidentes" en la provincia, y solo en la A-55 (diez), la AP-9 (dos, uno de ellos en Rande) y cinco en la N-550, dos en el municipio de Pontevedra.

A la hora de explicar qué obras se han ejecutado en esos recorridos, Fomento señala que se procedió a mejorar su asfaltado en 2011, hace ya seis años, en Alba y Cerponzóns y sitúa la A-57 como principal remedio a futuros accidentes. Apunta al respecto que "el ministerio está ejecutando las obras del primer tramo de la circunvalación de Pontevedra, A-57, que permitirá dotar de un itinerario alternativo a todo el tráfico que discurre por la N-550 en ese tramo", un párrafo que aplica tanto al sector de Alba como al de Salcedo.

Al tratarse de una obra solo entre Vilaboa y Marcón, podría aplicarse a la N-550 en Salcedo, pero difícilmente servirá para desviar tráfico al norte de la ciudad, en Alba y Cerponzóns.