Pontevedra fue ayer, junto con el municipio ourensano de Leiro, la sartén de Galicia. En ningún otro punto de la geografía gallega salvo el ya citado se alcanzó una temperatura tan elevada como la de la ciudad del Lérez en donde los termómetros alcanzaron los 36,2 grados. En Leiro, el mercurio subió un poquito más, hasta los 36,9.

Fue un día de calor abrasador como no se recuerda en un mes de marzo. De hecho, estos 36,2 grados de ayer se superaron muy pocas veces en los últimos años incluso en época estival. De hecho, el año pasado, en todo el verano tan solo una vez se subió por encima de esta temperatura, el pasado 6 de agosto, el día más caluroso de 2016, llegando a marcar una máxima de 36,3 grados, solo una décima más que ayer. Ninguno de los días del verano pasado, salvo ese, llegó a los límites de ayer.

También los datos históricos apuntan a que el registro de ayer se sale de lo normal. Así, por ejemplo, en el informe climático referente al mes de mayo de 2016, MeteoGalicia registra que el valor climático de temperatura máxima total alcanzado en un mes de mayo fue de 35 grados exactos en otro año que fue bastante caluroso, el 2006, concretamente el 27 de mayo de aquel año.

Aunque Pontevedra marcó una de las máximas más altas de Galicia y la de la provincia, el resto de las localidades de la comarca no le anduvieron a la zaga con temperaturas de 32,9 grados en Sanxenxo; 31 en Caldas o 32 en Rebordelo, Cotobade. Para mañana, MeteoGalicia vuelve a señalar una temperatura máxima de 36 grados en la ciudad del Lérez por lo que el calor seguirá apretando.