Un distintivo para reivindicar estos caldos ante la hegemonía de los Rías Baixas

Los frustrados intentos por incorporarse a la Denominación de Origen Rías Baixas se tornaron hace años en un intento de estos viticultores por crear un sello propio que permitiese sacar a estos caldos del olvido, permitirles crecer y competir también con sus vecinos amparados por la D. O.

Según el pliego de condiciones, los caldos de esta indicación tendrán una graduación de 11,5% los blancos y 10% los tintos. Se trata de vinos "frescos y suaves en boca, limpios, brillantes con aromas francos en los que se aprecian las características propias de la materia prima de la que proceden, con graduaciones alcohólicas moderadas y con aromas florales y de frutas, y finalmente, con buena y equilibrada acidez" se recoge en el pliego de condiciones que publicó el DOG el 30 de abril.

Mientras que los vinos blancos tendrán "potente intensidad aromática", los tintos estarán "bien cubiertos en fase visual". Se señala también que son viñedos en su mayoría por debajo de los 150 metros de altitud y protegidos por las sierras de O Castrove, O Morrazo y las de O Suído y O Galiñeiro que ejercen de barrera contra los vientos oceánicos.