Padres y tutores de niños y adolescentes, así como sus profesores fueron los principales destinatarios de la jornada "Violencia sexual en mozos e adolescentes. Acoso sexual e ciberacoso" que celebró la Concellaría da Muller en el Pazo da Cultura, una oportunidad para que familias y docentes, pero también la sociedad en general, conozca más de uno de los tipos de violencia, la ejercida sobre menores, más difíciles de detectar y que más se incrementa. La psicóloga Josefa Horno y el responsable del equipo de investigación tecnológica de la Guardia Civil de Pontevedra.

-El Consejo de Europa puso en marcha una campaña que alerta de que uno de cada cinco menores es víctima de algún tipo de violencia sexual ¿constata este hecho en la práctica diaria?

-Si, claro, de hecho yo hice los materiales de la campaña aquí en España así que la conozco perfectamente y ahora no trabajo en intervención directa con niños pero si formando a profesionales sobre el tema y si, la estadística de que el 20% de los niños está sufriendo algún tipo de violencia sexual es auténtica y además es generalizada, en el sentido de que en España se cumple ese porcentaje e incluso los estudios nos indican que es un poco más alto.

-Resulta inconcebible ese dato ¿cómo puede pasar un drama así?

-La violencia en general es una cuestión de poder y la mejor manera de tener poder sobre alguien es elegir a la persona más vulnerable y los niños siempre van a ser las personas más vulnerables, es más fácil agredir a un niño que a un adulto, igual que es más fácil agredir a una mujer que a un hombre en general, entonces siempre habrá más violencia en contra de los niños y niñas que contra los adultos. Cuando desde fuera se analizan los datos de violencia sexual no los entiende porque resultan efectivamente inconcebibles, pero cuando yo soy una persona que decide agredir a otro voy a buscar antes una persona con discapacidad, antes un niño que un adulto, antes un niño que sea especialmente tímido, retraído, aislado, todos estos niños son los que básicamente voy a elegir, porque si intento atacar a alguien que tiene una familia que le apoya, unos recursos personales, una capacidad importante de autoafirmación, a partir de ahí me será mucho más complicado, entonces a usted cuando analiza esa estadística le resulta inconcebible pero cuando uno trabaja en temas de violencia se da cuenta de que es lo lógico desde el punto de vista del agresor o agresora, es más lógico que se ejerza violencia contra niños que contra los adultos.

-¿Somos una sociedad que recurre sistemáticamente a la violencia para resolver sus problemas?

-La violencia es una tentación, es la salida fácil, es más fácil gritar que hablar, pegar que negociar, siempre es una tentación, la de cortar, la de imponer por la fuerza una salida a una situación, entonces desde ahí siempre va a estar presente en las relaciones, la cuestión es cómo aprendemos a manejar esa tentación, como aprendemos relacionándonos, pero la tentación siempre está ahí y uno solo renuncia a la violencia cuando se da cuenta de que a corto plazo puede dar una solución pero a largo plazo produce un daño tanto a quien la ejerce como a quien la sufre, entonces se renuncia a la violencia pero siempre es una tentación, da igual que hablemos de padres a hijos, de niños entre ellos, de profesores, da igual, siempre es más fácil gritar que hablar, hace falta mucha más capacidad de control de las propias emociones para hablar que para gritar.

-La impresión es que el problema que sigue perpetuando, que por muchas campañas y medidas la violencia (contra la mujer, los niños, los padres...) está muy presente entre los jóvenes ¿es una perspectiva real?

-Todavía no lo sabemos, las estadísticas tanto de violencia contra la mujer como contra los niños, son de hace relativamente poco, 10 o 15 años, eso a la hora de evaluar cambios de actitudes sociales es un tiempo muy corto, con lo cual no sabemos si a día de hoy hay más casos o es que los estamos detectando más, porque hace unos años la violencia existía solo que nadie la veía, nadie la nombraba, la gente estaba acostumbrada a ella, y ahora ha habido un cambio, una sensibilización social, un cambio de actitudes que ha llevado a que igual que ahora no se ve como aceptable que los padres peguen a los niños tampoco a las mujeres, etc, pero para ese cambio hacen falta generaciones. Así es que a día de hoy no se puede afirmar si es que hay más casos o estamos detectando lo que había, y luego supuestamente cuando pase el tiempo veremos el resultado de las intervenciones que hacemos, se empezó por las más urgentes, la intervención sobre las víctimas, las medidas judiciales, las protecciones etc, esas medidas sí que funcionan, pero hay otras más a largo plazo que son las de prevención y sensibilización, esas medidas llevan mucho tiempo y en ellas no se está invirtiendo tanto, entonces si que es posible que tengamos que cambiar el enfoque y priorizar la prevención, porque mientras no entendamos el trabajo de la erradicación de la violencia desde los primeros años, desde la crianza, mientras que la igualdad no la metamos desde los primeros años en las escuelas y las familias de una manera sistemática esto no va a cambiar.

-¿Las redes sociales han dado nuevas herramientas a los pedófilos?

-Claro, han multiplicado las situaciones en el sentido de multiplicar el acceso, la posibilidad de acceder a los niños, hacer perfiles falsos, entidades falsas, acercarse a los niños sin las barreras de contención que hay en el mundo real, mientras las familias no enseñen a los niños a filtrar la información, a filtrar el acceso a los contenidos, a protegerse de una manera activa las redes están multiplicando las posibilidades de los agresores y agresoras de niños, y además los pone en contacto con ellos, mediante foros pedófilos, multiplica las posibilidades.

-Como resultado ¿se multiplican también los casos de agresión?

-Si, en el tema de internet es donde se ha multiplicado exponencialmente con respecto a lo demás, las cifras en las otras formas de agresión no están cambiando tanto pero internet ha multiplicado exponencialmente los casos de violencia sexual a niños y adolescentes, porque les permite acceder a ellos de una manera mucho más rápida, fácil.