José Luis Basanta fue en su día directivo del complejo Ence-Elnosa, pero su gran afición es la investigación de documentos antiguos y, en concreto, de los anteriores al siglo XV. A ellos se dedica el gran estudio "Marcas de agua en documentos de los archivos de Galicia hasta 1600", una gran obra coordinada en su día por Filgueira Valverde y que constituye el único estudio de su especialidad en Galicia. Invitado por la Asociación Cristóbal Colón Gallego, examinó ayer los documentos de Celso García de la Riega.

-¿Por qué es importante una marca de agua como las que usted investiga?

-Porque cada fabricante tiene la suya, es la firma, al papel que fabrica le pone esa firma, y es muy complicada de hacer, tenía que ser gente muy habilidosa porque en un tejido realizado sobre hilos metálicos tenía que ir cogiendo a su vez esos hilos para hacer una figurita que sale en el papel, por eso son filigranas.

-¿Dónde se hacía en esa época el papel?

-Se hacía en molinos, la marca de agua permite precisamente saber qué molino hacía el papel, lo que ya no permite es dar una fecha exacta, porque a lo mejor un mismo molino con su marca durante diez años está fabricando papel, no va a cambiarla o, por el contrario, si la cambia porque han heredado el molino y los descendientes prefieren cambiarla, o porque ha llegado un nuevo socio, o porque las formas se han estropeado y se hace una marca nueva. Después ya en el siglo XVIII el papel tiene una marca y después tiene una fecha, pero en estas épocas anteriores no podemos dar con exactitud una fecha, los más antiguos normalmente no tienen fecha.

-¿Los documentos que ha examinado del legado de Celso García de la Riega de qué época datan?

-Estos deben de ser sobre el siglo XV y también del XVI.

-¿Cómo se hacía en esos momentos el papel?

-Se hacían en molinos en El Quijote se cita el ruido de los batanes, que derivaba de machacar trapos, porque el papel antiguo se hacía en molinos a partir de trapos machacados. Se deshilachaban los trapos, un poco cocidos con carbonatos, en los batanes, que podría ser algo así, salvando las diferencias, como la moderna batidora. Lo que hacían era machacarlos hasta hacer una verdadera pulpa, y con ella posteriormente le metían por debajo un cedazo hasta hacer otra pulpa que se iba secando y daba origen a la hoja de papel, sin más.

-¿Cómo se convirtió en investigador de las marcas de los documentos antiguos?

-Porque empecé trabajando en una celulosa, en Miranda de Ebro, y después me vine a la de Pontevedra hace ya 51 años, después pasé a la fábrica de cloro... A mi todas las antigüedades me gustan y me interesé por el papel antiguo, empecé a investigarlo y después gracias a la Fundación Barrié se publicó "Marcas de agua en documentos de los archivos de Galicia hasta 1600", para la que realizamos un repaso de los archivos de Galicia.

-¿Cuántos volúmenes ha publicado?

-Son ocho volúmenes.

-¿Cuántos años de trabajo ha supuesto esa obra?

-Pues mire, el primero lo publiqué en 1996 y el último hace dos o tres años, pero en realidad he dedicado casi toda mi vida al estudio del papel.