A menos de un mes de que se cumpla el segundo aniversario de la desaparición en Pontevedra de Sonia Iglesias Eirín, el juzgado de Instrucción número 2 de la capital demostró ayer que mantiene viva la investigación para averiguar el paradero de esta mujer de 39 años de edad. Después de 23 meses de trabajo, el juzgado citó ayer a declarar en calidad de imputado al que era compañero sentimental de Sonia en el momento de su desaparición, Julio Araújo, quien compareció en el edificio judicial de A Parda acompañado de su abogado.

Durante una declaración que se prolongó durante dos horas y cuarto, Araújo respondió a las preguntas que le formularon el juez que instruye el caso, Xermán Varela, y el fiscal jefe provincial de Pontevedra, Juan Carlos Aladro, quien lleva personalmente la investigación. Al término del interrogatorio, el compañero sentimental de Sonia Iglesias –y padre de su hijo de 10 años– abandonó el juzgado por la zona del garaje y evitando a los medios de comunicación en un coche conducido por un familiar.

El fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, se limitó a confirmar que se le había tomado declaración a esta persona en calidad de imputado en relación a la desaparición de Sonia Iglesias pero no especificó si se le imputa algún delito en concreto. Desde el Ministerio Público tampoco se aclaró si en las últimas semanas se han descubierto nuevos indicios o pruebas que permitan dar impulso a la investigación, como pudiera desprenderse del hecho de que se cite a declarar de nuevo y 23 meses después a la pareja sentimental de Sonia.

Aladro recordó que las diligencias de investigación abiertas por el juzgado están declaradas secretas y, de hecho, ni tan siquiera las partes tienen acceso a su contenido.

Diligencias secretas

Así lo ratificó el abogado que acompañó ayer a Julio Araújo mientras prestó declaración. Jesús Santaló dijo ignorar las razones por las que el juzgado citó a su cliente en la jornada de ayer y señaló que se trata únicamente "de una declaración realizada en fase de instrucción". Reconoció que Julio Araújo compareció ante el juez en calidad de imputado pero no quiso realizar una valoración de este hecho: "Cada uno que extraiga sus propias conclusiones", manifestó, al tiempo que señalaba que su cliente salió del juzgado "sin que se haya impuesto ningún tipo de medida" por parte del magistrado.

Sonia Iglesias Eirín desapareció el pasado 18 de agosto de 2010. A primera hora de la mañana salió de su casa en la plaza Campo da Torre para realizar unos recados por el centro de Pontevedra. Iba en su coche, que conducía su pareja sentimental y a quien, al parecer, habría expresado su deseo de separarse. Más tarde se detuvieron en la calle Arzobispo Malvar en donde Sonia dejó a arreglar tres pares de zapatos en un comercio y regresó al coche. Según la versión que ofreció en su día Julio Araújo a la Policía, poco después la mujer se bajó otra vez del turismo en plena calle ya que el vehículo no podía avanzar (en sus primeras declaraciones lo atribuye a un atasco y posteriormente a un coche que entorpecía el camino ya que, según la policía, aquel día no había atasco). Aseguró que Sonia decidió bajarse y continuar a pie ya que de lo contrario no le daría tiempo a hacer todos los recados pendientes antes de entrar a trabajar a la una de la tarde en la tienda de Massimo Dutti, ubicada en la calle Benito Corbal. Nunca llegó a su puesto de trabajo y nadie más tuvo noticias de ella.

Desde hace tiempo familiares e investigadores coinciden al indicar que muchas de las interrogantes que rodean la desaparición forzada de esta mujer está en su "entorno más próximo".