El 68% de los gallegos afirma haber sido feliz el pasado año a pesar de la crisis económica, según un estudio realizado pro el Instituto Coca-Cola que prueba que lo que sí modifica la crisis económica es la escala de prioridades: antes los gallegos colocaban a la salud en primer lugar (44%), seguido de la familia (24%) y el trabajo (15%) y ahora siguen colocando a la salud en primer lugar (38,6%) pero sitúan al trabajo (28%) en la segunda posición y relegan a la familia (19%) al tercero. Son algunos de los temas que abordará mañana en Pontevedra el médico y catedrático de Educación para la Salud en al Universidad Complutense Jesús Sánchez Martos.

—¿La felicidad es una cuestión de actitud?

—Es fundamental, la actitud es fundamental, precisamente hoy (por ayer) a mis alumnos de la universidad les decía que un profesional, sea quien sea, un fontanero, un electricista, un profesional sanitario o un periodista pongo por caso, tiene que tener aptitud, con "p", eso es elemental claro para desempeñar su profesión, pero por encima de esa aptitud está la actitud, con "c", que es la que una persona ha de mantener en el resto de su vida, el trabajo y también en otros ámbitos, y en la felicidad es clave, porque la felicidad es en esencia un problema, más que de aptitud, de actitud.

—¿Y cómo podemos ser más felices?

—Es la pregunta del millón, no tenemos ninguna medicina que poder comprar y pensar que tomando ese fármaco cada 8 horas podemos ser más felices. Yo soy médico y utilizo una palabra mucho que los pacientes la entienden muy bien, y es la "estimulina", que viene de la palabra estímulo e indica algo necesario y fundamental para vivir y la felicidad, de hecho podemos asegurar que hay personas con muy buena salud, con una salud de hierro, pero no son del todo felices, y otras personas que padeciendo una enfermedad, incluso un cáncer, y que me han demostrado a lo largo de mi vida profesional que si pueden ser felices, eso significa que es evidente que la felicidad, la actitud y la salud tienen una relación indiscutible.

—Con la salud, otro pilar básico al que apuntan los expertos es el trabajo, máxime en estos momentos de crisis.

—Si, podríamos citar aquí el estudio que ha realizado el Instituto de la Felicidad de Coca-Cola que prueban tanto en las muestras hechas en la población gallega como a nivel nacional que antes de la crisis económica la salud era lo primero que preocupaba a los españoles pero para conseguirla se apoyaban primero en la familia y después en el trabajo, ahora que estamos en crisis económica siguen valorando la salud en primer lugar pero con el apoyo del trabajo, seguido de la familia. Claro, es evidente que si cada vez hay más gente en paro cobrará más importancia el trabajo, pero no es menos cierto que la gente se da cuenta de que la salud es el primer requisito, sin ella es muy difícil conseguir el trabajo.

—Insiste en que hemos hablado mucho de cantidad de vida y no tanto de calidad...

—Como médico insisto en que hay que fomentar el concepto de felicidad a través del concepto de la salud y el la salud a través del concepto de felicidad, digamos que el siglo XX fue el siglo de la esperanza de vida, de la cantidad de vida, y todos los políticos y todos en general nos hemos hecho gala de que en España la esperanza de vida superaba los 80 años, pero sin embargo el siglo XXI es el que hará que se nos abran los ojos a todos a la necesidad de que sea el siglo de la calidad de vida. Es importante llegar hasta los 82 o 86 años si realmente tenemos una calidad de vida, si realmente tenemos un sistema sanitario sostenible y ahí no valen los recortes en salud y prestaciones, que son el chocolate del loro que algunos políticos quieren utilizar en momentos de crisis, cuando realmente sabemos que cuando una persona tiene más formación en materia de salud, que tiene mejor educación para la salud y sabe qué hacer para utilizar adecuadamente el sistema sanitario y cuidar su salud tiene menos enfermedades y a menos enfermedad menos costes sanitarios.

—¿Los afectos son básicos si queremos ser felices?

—Creo que sería el primer elemento, si tuviese que situar la salud, el trabajo, la familia etc pondría ese factor en primer lugar. Soy catedrático de Educación para la Salud y se lo recordaba recientemente a los alumnos, habla usted de los afectos y yo de lo que hablo es de las emociones, porque las emociones se pueden palpar, por ejemplo en el caso de los profesionales sanitarios no están formados en el ámbito de la comunicación cercana, la comunicación humana, y por supuesto es fundamental. Le pongo el ejemplo de un enfermo de Alzheimer, que en un momento de su vida puede perder todo, absolutamente todo tipo de memoria, no reconocerá a la persona que lo ha cuidado durante años a pesar de que sea su pareja o su hijo, pero lo que no perderá ni él ni cualquier otra persona es la necesidad del cariño, de la cercanía, de la sonrisa y de una caricia y los profesionales debemos también estar entrenados en eso. No debemos confrontar la tecnificación con la humanización, yo estoy totalmente de acuerdo en la tecnificación y en todas las modernas técnicas, pero además nunca debemos olvidar esa humanización y la transmisión de esas emociones, que hacen mucho más felices a las personas.

—Presentará en Pontevedra el libro "Hablemos de felicidad", que recoge testimonios como los del primer ministro de Bután (país que mide cada año la Felicidad Nacional Bruta), del cardiólogo Valentín Fuster, la psicóloga Sonja Lyubormirsky... ¿cuál es su principal mensaje?

—Participan personas como Eduard Punset, Gustavo Zerbino, que fue uno de los supervivientes del accidente aéreo de Los Andes, y es un libro en el que todos los que participamos en el I Congreso Internacional de la Felicidad aportamos nuestra visión. La segunda edición del congreso se celebrará los próximos días 9 y 10 de abril con destacados ponentes que hablarán de la felicidad y nos mostrarán los últimos resultados de diferentes estudios. ¿Mi mensaje? Que es muy importante dar muchos más años a la vida, por supuesto, pero tenemos que intentar dar vida a los años y dar vida a los años significa salud y felicidad.