Es uno de los rostros más conocidos del audiovisual gallego y forma parte del elenco de reconocidos actores que a partir de mañana presentará en el centro de NCG de Pontevedra la obra "O florido pénsil". En sus distintas versiones (castellano, catalán, euskera y gallego) este espectáculo ha marcado un hito en la historia del teatro español al situarse entre los más aclamados de los últimos 20 años. Para "Morris" este éxito constituye una nueva prueba de que el teatro español, siempre itinerante y poco publicitado, "una vez que se acerca a la fórmula del éxito debería de sacarle partido".

—"O florido pénsil" si es la fórmula del éxito: una obra que emociona a varias generaciones, actores de éxito...

—Si, lo que sucede es que eso se ve un poco a toro pasado. Realmente ya había sido así en el resto del Estado cuando se representó en su momento pero, bueno, cuando aquí la productora Eme2 nos propuso hacer este espectáculo nosotros no teníamos claro que el alcance fuese tan grande y que despertase tanta empatía con el público. Tengo que reconocer que me sorprendió para bien ya cuando estrenamos en Santiago ver las colas y que la gente repetía, que hacían colas y venían familias enteras. Y me recuerda un poco esa etapa ilusionante que tuvimos por ejemplo cuando hacía "Celtas sin filtro", que era teatro independiente, porque se da el caso de que mucha gente va de una ciudad y de un pueblo a otro para poder verla y preguntan si se va hacer, como con "O florido". Por lo demás son tiempos difíciles, si estamos haciendo con este espectáculo 40 funciones en condiciones normales se tendrían que haber hecho 80 o 100.

—¿Nota la misma empatía con este texto que la que logró con el público con Celtas sin filtro?

—Me recuerda a esa obra, era a mediados de los ochenta y también fue un espectáculo que impactó y que tuvo una empatía con el público, que se trasladaba para vernos. Y esa es la sensación que revivo, no tanto en Pontevedra (donde ya hemos reunido a 700 personas) pero si en otras localidades esa emoción de ver las colas dos horas antes de abrir la taquilla, es una sensación que hacía mucho tiempo que no tenía.

—Hace menos de dos meses llenaron el Pazo con esta misma obra ¿las programaciones no deberían ser continuadas?

—Claro, creo que ahora una de las tareas pendientes que tenemos en la profesión es intentar tener una programación estable de ciertos espectáculos. Yo no soy alguien que pueda seleccionar, tiene que haber todo tipo de propuestas y espectáculos, pero lo que no tiene mucho sentido es esta especie de desorganización de los entes contratantes: ya estuvimos en el Pazo, ahora volvemos al auditorio de Novacaixagalicia y eso no sucede solo en Pontevedra sino en mucho sitios, por lo que creo que hay aunar esfuerzos para ofrecer el teatro en las ciudades y sacarle el máximo rendimiento porque si no es un poco marear la perdiz: ahora voy, ahora vuelvo, ahora con este texto, ahora con este otro, pero bueno, bienvenido sea porque todo lo que sea repetir en una ciudad es una alegría.

—Desde hace décadas se habla de la muerte del teatro ¿la ve un poco más cerca?

—El teatro morir no va a morir, no va a morir nunca, otra cosa es que lo maten y que lo matemos nosotros también y este momento puede matar el teatro porque realmente es crudo, "O florido pénsil" es un espectáculo muy divertido, con cinco actores muy conocidos en Galicia, un texto conocido para la mayor parte de una generación que leyó el libro de Sopeña y que traspasa eso a sus hijos, pero realmente si no llega a ser una obra así lo pasaría muy mal para poder distribuirse. Y de hecho que este espectáculo tenga estas funciones es muy significativo porque ya digo que debería de doblar y triplicar el número. Y estas funciones que nosotros hacemos nos las podemos permitir porque vamos a un caché con taquilla, es un espectáculo muy popular y llenamos, pero claro, no todos los lenguajes se pueden permitir esto, es como si dijésemos que en el cine español todas las películas tienen que funcionar comercialmente, sería un cortapisas tremendo. Esta obra por suerte si que funciona pero ni siquiera, tendría que haber duplicado y triplicado las funciones.