La actualización de las ordenanzas fiscales centró la polémica del pleno municipal de Poio. Una vez limadas las asperezas entre BNG y PSOE, los votos del bipartito aprobaron la subida de impuestos para 2012. Un incremento en nueve tasas que se considera "asumible" por parte del gobierno local, estimando que supondrá un aumento total de 20 euros anuales por vivienda para aquellos vecinos que tengan que abonar todas. La oposición criticó duramente la medida. El ayer portavoz del PP, Ángel Moldes, apuntó: "No le hagan pagar a los vecinos su mala gestión de los últimos años".

A lo largo de más de una hora los grupos estuvieron debatiendo acerca de esta subida que entrará en vigor a partir del 1 de enero. El bipartito finalmente ha encontrado un punto de encuentro que se antojaba imprescindible para sacar adelante unas medidas con las que se confía en mejorar la situación económica. La parte nacionalista y mayoritaria en el gobierno local finalmente ha accedido a reducir la subida del impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) inicialmente pensada. El aumento será del 4,5% frente al 11% que se estimaba en un principio.

Además de este impuesto se dio el visto bueno a otros ocho ya acordados en un principio. "Una familia media, con una vivienda, que pague vado, recogida de basura, saneamiento y tenga nichos en el cementerio pasará a pagar en 2012 un total de 506 euros frente a los 486 de este años; creemos que es una subida asumible", explicó el portavoz nacionalista, Xulio Barreiro. Además, tildó de "demagogia" el discurso del grupo conservador porque "los servicios hay que pagarlos". Además, recuerdan desde el Bloque que "los recortes de otras administraciones como la Xunta reducen ingresos" al Concello.

Barreiro, además, criticó al PP por cargar contra esta subida y obviar la que el Gobierno gallego pondrá en marcha por el canon del agua. "Ésa supondrá una subida media al año de 35 euros para una familia que tenga un consumo medio", valoró. La teniente de alcalde y líder de la parte socialista, Chelo Besada, apuntó por su parte que la propuesta inicial del BNG le parecía que "gravaba demasiado a los vecinos", de ahí que en el bipartito se negociase esa revisión de los impuestos.

Moldes, por su parte, incidió en que todo se debía a la "mala gestión económica" de los últimos tiempos. Y critica que hay impuestos como la tasa de cementerio que en realidad, si al incremento aprobado se suma el de años anteriores "crece un 122%". Asegura que "en Poio siempre se fue gastando más de lo que había" y que "los gastos corrientes siguen en aumento".