Eran algo más de las once de la noche del domingo cuando las intensas lluvias y el temporal que acababan de dejar una estela de estragos en Vigo y Cangas llegaron a Pontevedra, una ciudad que vivía el fin de las fiestas de A Peregrina. En apenas tres horas siete calles sufrieron inundaciones y en un sin fin de puntos de la capital las arquetas estaban desbordadas debido a la imposibilidad de que la red de alcantarillado pudiese desaguar con la celeridad necesaria la cantidad de agua que caía: hasta 40 litros por metro cuadrado, según la información dada por el servicio meteorológico de Galicia. Otra gran tromba de agua cayó sobre las seis y media de la madrugada.

Locales comerciales, negocios y portales sufrieron las consecuencias del temporal que, sin embargo, tal como destacó la concejala de Seguridad Ciudadana, Carmen Da Silva, "no registró incidentes graves", en buena medida por la respuesta coordinada del dispositivo de emergencia municipal que estaba en alerta desde las nueve de la noche. En previsión de lo que pudiera pasar –la Agencia Estatal de Meteorología había decretado alerta naranja para la provincia a partir de las nueve de la noche– se habían reforzado con retenes las dotaciones de bomberos, Policía Local, Protección Civil y de las concesionarias municipales Cespa (de basura) y Aquagest (de agua).

En poco más de dos horas, las que transcurrieron entre casi la medianoche y las dos de la madrugada, los bomberos atendieron quince emergencias por inundaciones que los llevó a las calles Eduardo Pondal, O Gorgullón, avenida de la Estación, Fernando Olmedo, A Seca, Rosalía de Castro y As Corbaceiras.

En todas ellas los sumideros estaban atascados al conjugarse una intensa descarga de agua con tierra y suciedad que obstaculizaba la tarea, imposible de por sí, de desaguar a la velocidad necesaria y en todas ellas se produjeron casos de negocios y portales anegados.

Otras incidencias

También se produjeron anegamientos en distintos viales del rural pontevedrés, registrándose pequeños desprendimientos de tierra y ramas en parroquias como Bora, Lérez o Cerponzóns.

En el balance de incidencias la concejalía de Seguridad Ciudadana incluye un atropello ocurrido a las doce y media en la calle Eduardo Pondal, el saneamiento de un fachada en la calle Peregrina y, ya a las ocho de la mañana, la inundación del hueco de un garaje en la calle Rosalía de Castro.

De acuerdo con la información manejada por Carmen Da Silva. el atropello de Eduardo Pondal fue fruto de la "mala visibilidad" del momento. La persona arrollada, que aparentemente no sufrió sufrió lesiones de gravedad, fue igualmente trasladada a un centro hospitalario para ser sometida a una evaluación médica. Durante toda la jornada el dispositivo municipal de emergencias estuvo activado al haberse prolongado la alerta naranja de temporal. Sus efectivos peinaron las zonas más afectadas por las inundaciones del día anterior para comprobar la limpieza y buen estado de las arquetas y los daños causados por la tromba de agua de la noche anterior.

Por otra parte las brigadas del departamento de Vías y Obras de la Diputación de Pontevedra peinaron las carreteras de titularidad provincial para despejarlas de obstáculos o actuar ante una hipotética rotura de infraestructuras por el temporal.

En la noche del domingo y ayer lunes acudieron a cinco intervenciones en otros tantos viales de los ayuntamientos de Soutomaior, Cambados, Salceda de Caselas y Ponteareas. La caída de árboles y/o ramos y el desprendimiento de tierra y barro sobre el asfalto estuvieron detrás de las actuaciones de los operarios provinciales, que también hicieron tareas de mantenimiento en la red de carreteras de la Diputación durante toda la jornada.