El puente sobre la vía del tren en la calle Joaquín Costa, que permanece cortado desde el pasado 19 de abril, no se reabrirá este mes de julio, como había anunciado inicialmente el gobierno local. El tráfico no se restablecerá al menos hasta dentro de un par de semanas (en torno al 10 de agosto), según los nuevos planes municipales, que atribuye a "complicaciones" en la obra de reforma urbana de la calle Joaquín Costa este aplazamiento. Así lo admitió ayer el concejal no electo de Mobilidade, Luis Bará, tras realizar una inspección a la zona.

El concejal explicó que el nuevo calendario de actuación en ese punto de Joaquín Costa indica que esta semana se acabaría la instalación de las aceras hasta el entronque con la calle Santa Teresa de Jesús Jornet y después de retirará la vieja calzada para proceder al asfaltado de todo el tramo pendiente. Bará indicó que "se ha retrasado algo el programa por una canalización de Fenosa que obligó a reformular los trabajos en el puente, además de que una conexión de residuales de un edificio también presenta complicaciones". El edil no se atreve a adelantar ahora una fecha concreta de reapertura del puente, pero confía en que sea en torno al 10 de agosto.

Este puente sobre las vías del tren se cerró hace más de tres meses debido a los desprendimientos que las obras del AVE causaron en la calle 12 de Novembro y en el propio viaducto, después de que una tubería provocase un vertido de fecales. Se temía que la canalización cayese finalmente sobre las vías, de modo que se decidió cambiarla, aprovechando para separar esas aguas residuales de las de lluvia. De este modo, se aprovechó ese cierre para acometer la reforma urbana de ese tramo de la calle.

Bará sostiene que una vez que se reabra el puente, se instalará también una rotonda, de momento provisional, en el cruce con 12 de Novembro, para lo que es necesario eliminar algunas esquinas de aceras en la zona.

Al margen de la inspección a este punto, Bará visitó también ayer los trabajos de eliminación de barreras arquitectónicas en las calles Blanco Amor y avenida de Lugo, así como en algunos viales del barrio de Monte Porreiro. Se trata de adoptar medidas para aplicar de forma efectiva la limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora en todo el casco urbano, en aplicación de la ordenanza aprobada al efecto hace unas semanas.

En el caso de Blanco Amor, se programa el asfaltado de todo el vial, en muy mal estado por la proliferación de las tapas de registro, pero esa labor se demorará hasta después de las fiestas de verano.