Los 50.000 conductores que utilizan a diario el nudo de O Pino, que articula los flujos de entrada y salida del tráfico en el sur de la ciudad, deberán prepararse para afrontar con paciencia los próximos 22 meses de obras de remodelación de este macroenlace viario.

Y es que el subdelegado del Gobierno, Delfín Fernández Álvarez, ya avanzó ayer que los trabajos serán "complejos" por lo que las "consecuencias sobre el tráfico serán importantes".

Para intentar minimizar en la medida de lo posible el impacto de las obras sobre la circulación en la zona y evitar el colapso de tráfico en los accesos del sur de la ciudad, ayer se celebró en la sede de la Subdelegación del Gobierno una reunión que tenía como objetivo fijar un plan de ordenación del tráfico durante el transcurso de las obras. En ella participaron el director de la obra por parte del Ministerio de Fomento, Federico Saldaña; la directora de obra de la empresa constructora, la jefa provincial de Tráfico, María Victoria Gómez Dobarro; y el capitán del subsector de la Guardia Civil, Manuel Tejada. Por parte del Concello asistieron el edil de Seguridade Cidadá de Pontevedra, Demetrio Gómez, y el jefe de la Policía Local, Daniel Macenlle, así como técnicos municipales.

En este encuentro, los responsables de la obra explicaron que los trabajos de remodelación del nudo de O Pino se van a llevar a cabo en cinco fases, durante las que habrá "comunicación permanente entre Tráfico y la Policía Local" para tomar las medidas oportunas y minimizar los posibles atascos. Será, por lo tanto, un plan de tráfico que estará "vivo" en función de cómo avancen las obras y a qué punto del nudo de O Pino afecten.

Para ello, la Guardia Civil iniciará en los próximos días una serie de "ensayos" con cortes de tráfico puntuales y desvíos en los viales que confluyen en O Pino para observar el comportamiento de los flujos circulatorios y adoptar así las medidas que causen un menor impacto. La Policía Local recibió toda la información sobre la obra para que aporte las sugerencias que considere oportunas.

Fernández Álvarez explicó que se intentará comunicar estos "ensayos" a través de los medios de comunicación, aunque alguno se podría producir sin previo aviso.

Cabe recordar que O Pino regula los tráficos procedentes de la salida sur de la AP-9 y de la autovía de Marín a través de la PO-10, así como el de entrada y salida de la ciudad a través de la N-550 (carretera de Vigo). En este enlace confluye también el tráfico de la carretera que enlaza con el polígono industrial de O Campiño y Bora. Es crucial también para el acceso hacia la carretera de Ourense desde el sur, por lo que el impacto de las obras sobre la circulación puede ser muy importante.

Las restricciones comenzarán en breve con el corte de uno de los carriles de la PO-10 que desemboca en la glorieta de O Pino procedente de la Autovía de Marín y la AP-9. El cierre de este carril se acomete durante la primera fase de las obras que tienen como objetivo la construcción de un ramal directo desde la PO-10 hasta la Nacional 550 en dirección de salida hacia Vigo. Se cree que la duración de esta fase sea de entre 6 y 8 meses, durante los cuales se corre el riesgo de que se forme un embudo al tener que canalizar el tráfico de un vial de doble carril en uno sólo.

Alternativas

Para evitarlo, en estos ensayos de la Guardia Civil analizará otras alternativas, como el cierre de la salida de la AP-9 hacia la PO-10 para canalizar el tráfico hacia la autovía de Marín o hacia otras salidas de la autopista en Pontevedra. No obstante, hay que contar con que otras zonas de acceso al casco urbano por el sur, como es la Avenida de Marín, también se encontrarán en obras a lo largo de los próximos meses.