Aproximadamente 1.800 menores gallegos (642 en la provincia de Pontevedra durante el pasado año) están en situación de desamparo, casi la mitad de los cuales vive en centros porque los padres no pueden hacerse cargo de ellos o han incumplido los deberes de cuidado. Simultáneamente, aumentan los divorcios y la administración busca que también crezcan los consensos entre los padres. Son algunos de los temas que analizó la magistrado Ana Belén Sánchez González en la conferencia que impartió en el Colegio de Abogados sobre las “Novedades legislativas en el Derecho de Familia”.

—Cada vez es mayor el número de divorcios y separaciones ¿también somos cada vez más maduros a la hora de afrontar estas situaciones?

—El número de divorcios y de separaciones consensuados afortunadamente está aumentando, el número de acuerdos consensuados en parejas tanto que han estado casadas como que no es mayor, un dato positivo respeto a la madurez y que repercute positivamente en toda la unidad familiar y ahí hay que hablar de nuestro compromiso, tanto de los abogados como de los jueces, de aunque no se logre conseguir un acuerdo, que desde luego es lo mejor, sí intentar rebajar el conflicto que existe siempre en todo proceso de familia, incluso con la sobrecarga emocional que generan estos procesos y que no llevan otros juicios. Porque aunque no se llegue a un acuerdo si se consigue rebajar el conflicto se va a poder llevar a cabo la ejecución de esa sentencia que como sabemos va a durar mucho tiempo, por lo menos hasta que los hijos sean mayores de edad independientes, y esa ejecución va a ser mucho más sencilla.

—¿Es positiva la custodia compartida?

—Creo desde luego que es la situación ideal pero siempre que se den los presupuestos de los que parte la idea y el deseo de que eso salga bien.

—¿En la práctica plantea problemas?

—Ésa es la clave: que efectivamente sería la solución ideal pero luego están los problemas de llevarla a la práctica. Y en la práctica efectivamente no funciona tanto, es difícil aplicarla.

—¿Cómo ven los jueces temas como los de la alineación parenteral? ¿Los consideran o los califican, como algunos especialistas, de basura pseudocientífica?

—En esos temas contamos con el asesoramiento de profesionales, el equipo psicosocial es el órgano que se ocupa de constatar si efectivamente estamos ante un caso de ese tipo o de cualquier otro modo de riesgo para que un progenitor mantenga la custodia de los niños y si se aconsejan cambios. Tenemos al psicólogo y al trabajador social para valorar ese tipo de temas y efectivamente esos son casos que se dan pero los valoran ellos como profesionales.

—¿Qué le parece el caso del niño obeso?

—En general son casos muy difíciles, sobre todo me va a perdonar porque ni lo conozco por la prensa, sólo de oídas. Nosotros, como sabe por estar en la capital de la provincia, llevamos todos los casos de la consellería de protección de menores y como ese exactamente no hay pero todos los días vemos situaciones semejantes, casos de niños en los que se declara el desamparo porque la Xunta así lo ha considerado y hay que saber que son casos que se dan, por muy tristes que sean, y que la administración está ahí para garantizar la protección de los niños.

—Al hilo de lo que apunta: hay niños condenados a vivir en centros de menores simplemente si algunos progenitores hacen una llamada anual a la institución donde vive ¿es real esta visión desde fuera de que tal vez se protege al extremo el derecho a la paternidad o maternidad y muy poco el derecho de ese menor a tener una familia?

—Eso está en la ley, la obligación de la administración de trabajar para la vuelta del niño a su familia es una obligación definida legalmente, entonces en unos casos llevará más tiempo y en otros menos pero siempre, siempre, es el primer objetivo. Una vez que se constata que no es posible efectivamente tiene razón: el niño tiene derecho a una familia y no a estar institucionalizado y eso también lo tiene en cuenta la administración, el tiempo y la edad.

—¿Ve con frecuencia este tipo de casos: situaciones conflictivas de divorcio y desamparo de menores?

—Los casos que llegan a juicio son la verdad los más conflictivos, ya apunté que están aumentando los acuerdos pero dicho lo cual, cuando no hay acuerdos lo que llega a juicio son los más conflictivos, hablamos de discusiones sobre el régimen de visitas o de custodias cuando hay problemas de toxicomanía en uno de los progenitores o hay problemas de salud mental en uno de ellos, esos son los casos que se ven en los juicios porque normalmente los otros suelen llegar a acuerdo.

—En Santiago se puso en marcha una experiencia piloto sobre la mediación ¿cómo resultó?

—Se aplicó ahí por primera vez en toda Galicia, lo estableció la Xunta en el convenio con el Colegio de Abogados de Santiago y el Colegio de Psicólogos de Galicia y lo cierto es que funcionó, el compañero de Santiago está contento y ahora de lo que se trata es de que ese proyecto se extienda a toda Galicia. Tanto los abogados de Pontevedra como el juzgado lo vemos con disposición e interés.

—¿En qué consiste este servicio?

—Hay con carácter permanente un equipo de mediación formado por un psicólogo y un abogado y trabajan a instancias del juzgado. Éste deriva a este equipo las partes que están en juicio en las que puede haber posibilidad de acuerdo, acuden a una primera sesión informativa en la que se les detalla de cual sería el proceso de mediación, entre el abogado y el psicólogo trabajan para llegar a un acuerdo y siempre, claro, hace falta la voluntad de llegar a ese acuerdo.