Los trabajadores de las instalaciones y centros deportivos iniciaron ayer una huelga de cuatro días con el fin de forzar la apertura de una negociación encaminada a definir y pactar un convenio colectivo de ámbito gallego que mejore, cuando menos salarialmente, el acuerdo estatal de mínimos que los condena, según denuncian, a una situación de precariedad laboral.

El paro ha sido masivo, de acuerdo con la información facilitada por el portavoz del colectivo de trabajadores de la ciudad y delegado de CC.OO, Manuel González, quien confirmó que los principales centros deportivos de la zona (Campolongo, Pontemuiños y Marín) permanecieron cerrados durante toda la jornada.

Los huelguistas se concentraron durante la mañana de ayer ante las instalaciones de la piscina olímpica de Pontemuiños para dejar constancia de que están en conflicto.

En esta ocasión, al contrario de lo hecho en el paro anterior de noviembre, no repartieron hojas de reclamación entre los usuarios que se acercaban a las instalaciones aunque les animaron a cumplimentar los impresos oficiales de las empresas cuando abran los centros ya que tienen derecho a que se les devuelva el dinero de las clases y sesiones deportivas que no pueden realizar. Durante la pasada huelga ellos mismos distribuyeron más de un millar de hojas entre los clientes de los centros, pero las empresas no los aceptaron alegando que eran reclamaciones irregulares.

Los trabajadores de las instalaciones deportivas plantean un convenio marco que garantice que llegarán a ser “mileuristas” en cuatro años.

En la actualidad su salario ronda los 850 euros mensuales, con pagas prorrateadas incluidas y pretenden alcanzar los 1.100 euros con subidas escalonadas de un 5% en el 2010 y un 2,3% anual hasta el 2013.

Además también pretenden que exista un mayor control de las jornadas laborales y se ponga coto a los contratos por horas y a tiempo parcial, muy abundantes en el sector.

Nuevos paros

Los trabajadores de las instalaciones y centros deportivos (unos 150 en toda Galicia con una media de 25 empleados por centro) confían en que la patronal, que hasta ahora no ha dado señales de vida, se avenga a iniciar una negociación.

Si no reconsideran su postura, el personal de las instalaciones deportivas está dispuesto a librar un nuevo pulso con otro paro de cuatro días, entre el 16 y 20 de enero y si el silencio continúa siendo la única respuesta el día 1 de febrero de 2010 comenzarán una huelga de carácter indefinido.