A principios de la pasada década de los noventa cerca de un millar de socios sostenía a la Filarmónica, una de las sociedades musicales de mayor solera de Galicia; hoy son apenas 400 y a punto de convertirse en nonagenaria la agrupación afronta uno de sus momentos más difíciles. Una nueva junta directiva encabezada por Gonzalo Martínez Lourido asume desde el pasado fin de semana el complejo reto de aumentar la masa social y garantizar la supervivencia de esta institución, todo un símbolo del posicionamiento de Pontevedra como ciudad cultural desde principios del siglo XX. Tal llegó a ser su poder simbólico, que se cuenta la anécdota de un veterano médico al que preguntaron por qué pagaba la cuota cuando jamás acudía a un concierto: “Es que soy socio no para escuchar música”, se dice que respondió, “sino para que Pontevedra tenga su Sociedad Filarmónica”.

-¿Cuáles son sus principales proyectos al frente de la Filarmónica?

Acabo de aterrizar y lo cierto es que todavía no tengo completamente estructurados todos los proyectos que me propongo, pero en principio el objetivo central es mantener la Sociedad Filarmónica, es algo fundamental porque es un hecho que estamos en un momento delicado económicamente y ahora mismo intentamos que entre gente.

-¿Se enfrenta la sociedad a la peor crisis de su historia?

-No sé en otros momentos de estos 89 años si pudo haber una crisis como esta pero sin duda temo que esta debe ser la peor crisis de toda su historia sí, porque desde que se fundó la Filarmónica siempre gozó de muy buena salud, incluso se llegó a tener cerca de mil socios, pero es que antes la Filarmónica era la única sociedad de Pontevedra que programaba con regularidad conciertos de música clásica y a las personas que les gustaba realmente no disponían de muchas más alternativas. Por el contrario hoy hay muchas otras agrupaciones que ofrecen ese tipo de conciertos, sin ir más lejos uno puede acudir al Conservatorio a escuchar música clásica y hay clubs como Rutas del Románico que también hacen este tipo de programación. A mayores habría que apuntar a otras causas como un menor número de socios colectivos.

-¿Han notado especialmente la competencia de la intensa programación que ponen en marcha las cajas?

-Ese ha sido un factor clave, claro que se nota, aunque de todas formas la Filarmónica nació fundamentalmente para ofrecer música de cámara, porque en Pontevedra no se oía con frecuencia y, dentro de la música clásica, es una de las mejores ofertas.

-¿Exige la música de cámara un oyente más experimentado que la música orquestal?

-Efectivamente, la música de cámara no es como la orquestal, la orquestal es más fácil de seguir mientras que la de cámara necesita seguramente una mayor preparación y eso también habrá influido, pero de todas formas en la música de cámara se puede entrar muy bien, sobre todo si empezamos por piezas fáciles de compositores como pueden ser Mozart, para ir posteriormente profundizando en la otra de otros autores como Beethoven, al final se comprende igual pero es cierto que al principio a la gente le cuesta un poco más seguir este tipo de música y hay que recordar siempre que la música clásica no es sólo orquestal y que muchas veces las grandes obras están en la música de cámara, que creo que vale la pena porque es verdaderamente preciosa.

-¿Qué iniciativas pondrán en marcha en los próximos meses para reactivar la sociedad?

-Una de las cosas que voy a tratar de poner en marcha son campañas publicitarias e invitaciones a los organismos oficiales. Y en general difundir más qué es y qué hace la Filarmónica. También hay otro tema que se va a tratar y es que siempre se trató con un gran secretismo todo lo referente a las cuotas de socios: hasta ahora la Filarmónica venía cobrando 8 euros al mes y hemos aprobado una nueva cuota de 10 euros al mes. Hay que decirle al ciudadano que por esos 10 euros al mes al socio se le ofrece una temporada de entre 12 y 14 conciertos y es que me imagino que hay gente que piensa que la cuota es mucho más cara cuando resulta realmente asequible. Por poner un ejemplo, esta temporada son once conciertos que arrancaron el 17 de septiembre con un recital abierto en San Francisco porque nos interesa darnos a conocer a la sociedad, fue un concierto extraordinario y le seguirán otros once hasta finales de mayo del próximo año.