La intención de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas de llevar a cabo a medio plazo el desdoblamiento de la carretera PO-542 entre el nudo de O Pino y Bora, en contra del criterio del gobierno local, ha provocado una nueva colisión entre el equipo municipal y el PP. El portavoz de la oposición, Telmo Martín, que tras la victoria de Alberto Núñez Feijóo en la Xunta ya adelantaba este proyecto, defiende su ejecución alegando que “servirá para vertebrar y mejorar las comunicaciones de las parroquias de Lourizán, Salcedo, Tomeza, Canicouva, Pontesampaio, Mourente y Bora”.

Mientras el alcalde, Miguel Fernández Lores, alerta del fuerte “perjuicio” que la creación de cuatro carriles generaría en los núcleos habitados situados al borde del vial, los populares aseguran que “el proyecto tiene ventajas, como es la rapidez en su ejecución, al tratarse del desdoblamiento de un vial que en parte ya dispone de tres carriles, y también con un mínimo impacto en expropiaciones, viviendas y el paisaje”. Precisamente es este impacto el que denuncia el alcalde, quien asegura que los vecinos de la zona también se opondrían a la ampliación, como ya ocurrió con los afectados de la PO-531 en Campañó y Curro.

58 millones hasta 2015

El “plan Move” de la Xunta, presentado hace unos días, destina al municipio de Pontevedra, hasta el año 2015, una inversión de unos 58 millones de euros, en buena parte para ejecutar la ronda urbana que sí defiende el gobierno local (de hecho es la apuesta más fuerte del concello para la futura red viaria), junto a 21 millones para crear cuatro carriles en los siete kilómetros entre el nudo de O Pino y Ponte Bora. Al margen de que absorba tráfico rodado de paso, la Xunta justificó su ejecución en la creación de mejores accesos al futuro hospital de Monte Carrasco, en Marcón, muy cerca de este vial.

A juicio de Telmo Martín, “esta actuación, más los cuatro carriles de la PO-10 (el tramo de autopista libre de peaje entre Ence y O Pino), permitirá disponer de un vial de esa capacidad de diez kilómetros, que circunvalará la ciudad entre la ría y la carretera de Ourense, que evitará entradas innecesarias en la ciudad”.

Además del supuesto impacto sobre el entorno, Fernández Lores destaca que el desdoblamiento supone una “contradicción” con la postura que defiende la propia Xunta para la carretera de Vilagarcía, (la PO-531) tramo en el que se anuló la anterior propuesta de ampliar sus carriles pro otro de “humanización”, aún pendiente de presentar a los vecinos afectados. Al respecto, Martín sostiene que “es compatible la humanización con los cuatro carriles”, ya que se podría limitar la velocidad a 60 kilómetros por hora, además de recordar que la ronda defendida por el gobierno local, también prevista con dos carriles en cada sentido, “transcurre más cerca de la ciudad que la PO-542”.

Además de desdoblar el vial Pino- Bora y afrontar la ronda urbana, el “plan Move” incluye un tercer proyecto para Pontevedra: la creación de una autovía desde la ciudad hasta Lugo, pasando por Lalín, pero deja su ejecución, diseño y financiación en manos de Fomento.