Sin sorpresas y con normalidad. Así resumieron ayer las autoridades municipales y educativas el regreso a las aulas de unos 15.000 alumnos en toda la comarca para iniciar el curso 2009-2010. La mitad de esa matrícula corresponde a la treintena de colegios públicos, concertados y privados del municipio de Pontevedra. Estos centros albergaron las habituales escenas de emoción protagonizadas por los pequeños que acuden por vez a las clases y tenían que separarse de sus padres. Mientras tanto, sus progenitores mostraban en muchos casos la preocupación por un curso que se presenta complejo en las aulas.

La preocupación de los padres se deriva de las novedades como el nuevo sistema para obtener los libros de texto, o la posible incidencia de la gripe A. Sobre este último asunto, los padres se muestran "prudentes", hasta el punto de que hace unos días, la presidenta de la Federación de Apas, María José Rodríguez, reclamaba que no cundiera el "alarmismo" con respecto a esta pandemia. Un consejo similar fue lanzado en los últimos días por las autoridades sanitarias, pese a que desde los colegios de Pontevedra se alertaba de que no habían sido informados convenientemente de los protocolos establecidos para aplicar en posibles casos. Tan sólo se ha aclarado, según añaden, que se avise a la consellería de las ausencias prolongadas de los alumnos.

Otro de los puntos conflictivos del inicio del curso se refiere a los trámites que los propios colegios deben efectuar con el fin de gestionar las peticiones de subvención de los padres para los libros de texto.

Al respecto, Educación aplaza a 2011 la contratación de administrativos para realizar estas labores e insiste en pedir la colaboración de los directores y recordar que se trata de una situación "excepcional". Precisamente hoy, la delegación territorial tiene prevista una reunión con los directores de la provincia para analizar el inicio del curso y "pulir" este malestar.

A la espera de los datos definitivos y oficiales de la consellería, Pontevedra arranca el curso con algo más de 7.000 alumnos, muy por encima de los dos mil de Marín y de municipios como Caldas, Sanxenxo y Poio, que rondan los mil escolares en cada caso. La matrícula en el resto de concellos (Barro, Campo Lameiro, Cotobade, Cuntis, A lama, Moraña, Ponte Caldelas, Portas y Vilaboa) oscila entre 100 y 400 alumnos.

También comenzaron a funcionar los comedores escolares, pese a que la Xunta todavía no ha cuantificado sus ayudas económicas. Emplaza a las Apas a solicitar su concesión. Educación garantizó ayer que habrá esas ayudas, al tiempo que aboga por firmar un convenio de cuatro años con el concello para definir todas las obras en los colegios.