Más de 200 toneladas de basura acumuladas en las calles, dos días sin limpieza viaria y una notable brecha entre la empresa concesionaria, Cespa y el concello, descontento con su servicio, son las consecuencias inmediatas de la huelga de basuras que la plantilla acordó suspender a media tarde de ayer, después de alcanzar un acuerdo con la empresa para readmitir a un trabajador despedido. Este empleado regresará a la empresa con las mismas condiciones laborales y salariales que hasta ahora, pero pasa a ejercer su labor en Poio y con una sanción de 20 días de suspensión de empleo y sueldo.

Tras una breve asamblea, a las 20,00 horas de ayer en las instalaciones Cespa en O Campiño, para comunicar el acuerdo, la plantilla reanudó la recogida de las 200 toneladas de desperdicios alrededor de las 23,00 horas, justo dos días después del inicio del paro. No se estableció ningún plan extra para acelerar la limpieza urbana.

El acuerdo, que llegó el mismo día en el que finalizaba una huelga similar en Vigo, se alcanzó en una reunión bilateral empresa-comité y "sin mediadores" municipales, como puntualizó Cespa. Tras unas cinco horas de negociaciones, a las cuatro de la tarde se anunciaba la suspensión del paro indefinido, que será desconvocado oficialmente la próxima semana, una vez que el pacto de ayer, aceptado por el trabajador afectado, se materialice en la Axencia Galega de Arbitraxe.

La readmisión colma las demandas de la plantilla y la empresa logra imponer una sanción disciplinaria de 20 días de suspensión de empleo y sueldo, un extremo en el que el comité de personal decidió ceder, pese a considerar que "ya suficiente castigo era el traslado a otro centro de trabajo", según explicó el portavoz sindical, Juan Carlos Corredoira.

Corredoira señaló que además de zanjar la situación del trabajador que motivaba el conflicto, las partes también alcanzaron acuerdos ligados al convenio laboral, en materia de vacantes y fines de semana. Con ello, de ratificarse los compromisos, el convenio no se volvería a renovar hasta finales de 2011.

El representante de los trabajadores agradeció el interés por parte del concejal Raimundo Carballo, sobre la evolución de esta última reunión, con contactos telefónicos constantes. Para el presidente del comité, el edil "hizo bastantes esfuerzos" para poner fin a la huelga.

Con respecto a la repercusión que había tenido la paralización del servicio de recogida de residuos en la ciudad desde el pasado martes por la noche, Corredoira admitió que "el impacto de una huelga no es positivo para nadie", aunque insistió en que "no había quedado otra opción" debido a la actitud de Cespa ante las reivindicaciones sindicales.

Por su parte, la dirección de la empresa dio por desconvocada la huelga con el acuerdo alcanzado y, en un comunicado, lamentó "las molestias que ha supuesto este conflicto a los ciudadanos de Pontevedra".