Redacción  Pontevedra

Los vecinos afectados por el perímetro de seguridad de la Brilat retomarán hoy las protestas tras reunirse la pasada semana en dos ocasiones con altos cargos de Defensa. Ambos encuentros no rebajaron el malestar vecinal que rechazan los argumentos del Ejército y exigen que la franja de 300 metros se retire en su totalidad y no en parte como pretende Defensa.

Los afectados de Salcedo y Vilaboa se concentrarán a las once de la mañana ante las puertas del cuartel, que precisamente celebra los actos de la festividad de la Inmaculada Concepción, patrona de Infantería. En representación del concello acudirá la teniente de alcalde, Teresa Casal. Los afectados exigen no sólo la retirada del perímetro de seguridad, si no también la paralización de las obras que la Brilat está realizando en los alrededores del acuartelamiento y que servirán de entrenamiento a las tropas.

El pasado miércoles un centenar de vecinos se adentró en la zona del monte comunal que el Ejército viene utilizando desde hace décadas para sus entrenamientos, un terreno que está señalizado como zona militar. Las obras de desmonte y los movimientos de tierra que la Brilat realiza en el lugar de A Armada, motiva la indignación de la población civil que ve como se deteriora el hábitat rural, se destrozan pistas forestales que se han convertido en auténticos lodazales y se aproxima la zona de entrenamiento militar hasta escasos metros de las propiedades privadas.

Los vecinos denuncian que las explosiones están provocando daños en las viviendas y que los soldados matan los animales y están a las puertas de sus casas.

Por contra, Defensa ha advertido a los vecinos en relación con la intrusión que realizaron en el campo de maniobras de la base General Morillo, del peligro que corren. Advierten que adentrarse en estos terrenos "irrumpe en el normal desarrollo de la instrucción de la unidad, inmersa en su preparación para misiones exteriores y puede suponer un grave riesgo".

Asimismo, aluden a que este campo de entrenamiento es una zona prohibida a todo personal no autorizado y donde se realizan prácticas con fuego real.

Ni estos argumentos, ni las explicaciones dadas por cargos de Defensa a los vecinos de Postemirón y Figueirido han hecho que estos den marcha atrás en sus reivindicaciones, centradas en la retirada total de la franja de seguridad que les obliga a pedir permiso al Ejército de toda obra que hagan en sus viviendas y propiedades que estén situadas en un perímetro de trescientos metros.

A pesar de que el teniente general Fernando Torres admitió ante el colectivo de afectados que el perímetro de la Brilat se diseñó con errores y que se estaba sopesando su reducción, los vecinos mantendrán las movilizaciones porque consideran que "en ningún caso Defensa mostrouse disposto a retirar o decreto", según señala el portavoz vecinal. Torres tampoco se mostró dispuesto a suspender el desarrollo de los trabajos que se están llevando a cabo en el entorno del complejo militar y que los vecinos proponen cambiar de sitio. En este sentido, recuerdan los afectados que hay 2,5 millones de metros cuadrados de monte donde se puedan realizar estas obras para entrenamiento de los soldados "e onde non molesten aos veciños".

Si el pasado miércoles los lugareños llegaron a enfrentarse a los soldados que tuvieron que retroceder hasta el cuartel desde donde dieron aviso a la Policía Nacional, la protesta de esta mañana, en un principio, será pacífica.