La obra de A Chavasqueira emerge de sus cenizas para intentar reabrir en verano

La reconstrucción de las instalaciones calcinadas en 2019 va a buen ritmo | La reforma de la piscina de As Burgas suma otro retraso y no estará abierta para Semana Santa

Trabajos de reconstrucción de las termas de A Chavasqueira. |   // IÑAKI OSORIO

Trabajos de reconstrucción de las termas de A Chavasqueira. | // IÑAKI OSORIO / REDACCIÓN

REDACCIÓN

En un contexto de oferta termal bajo mínimos en la ciudad, pese a la inminente llegada del flujo turístico en Semana Santa, continúan a buen ritmo la obras de rehabilitación de uno de los grandes referentes del termalismo local: las termas de A Chavasqueira, desaparecidas en un incendio que calcinó íntegramente las instalaciones en abril de 2019.

Estado de las obras de la piscina de As Burgas. |   // IÑAKI OSORIO

Estado de las obras de la piscina de As Burgas. | // IÑAKI OSORIO / REDACCIÓN

Las obras de rehabilitación del conjunto termal más apreciado por vecinos y visitantes comenzaron en febrero y avanzan a buen ritmo. El objetivo es intentar reabrir antes de que remate el verano.

Esa es la intención de la firma concesionaria de la explotación, la empresa Ibernisha, que es también la que corre con los gastos de la obra de reconstrucción integral de estas termas, cuyo diseño definitivo respetará el original de piedra y madera pero incluyendo ahora toda las normas de seguridad y accesibilidad que no estaban en vigor cuando se construyó la primera edificación calcinada.

El gerente de Ibernisha, Pablo Villuendas, empresa que gestiona también Termas Outariz, otra instalación pública de explotación privada, ya adelantó que las futuras termas de A Chavasqueira incluirán nuevos tratamientos y servicios.

Tras la desaparición de la etapa de lluvias, que ralentizó muchas obras, se puede observar ya como A Chavasqueira, de la que solo quedó en pie la base de piedra tras el incendio, emerge de nuevo.

Una piscina a paso lento

Más despacio, al menos aparentemente, va la obra de rehabilitación de la piscina termal de As Burgas. La que fue también referente para muchos turistas, que aprovechaban su visita a la fuente de As Burgas para darse un chapuzón en este entorno termal en el corazón del casco histórico, lleva cerrada desde el 14 de marzo de 2020. Así, acaba de cumplir cuatro años sin dar servicio, desde el decreto de confinamiento por la pandemia.

Sin embargo, la demora en la reapertura por el obligado proyecto de adaptación de la piscina, con un presupuesto de 600.000 euros y con ayuda de la Xunta, se debe a otro “palo” añadido: el que dio al modelo termal ourensano la Ley de Regulación del Aprovechamiento Lúdico de las Aguas Termales de Galicia.

Esta ley obligó a introducir criterios de accesibilidad, seguridad o de renovación del agua termal de los vasos cada cuatro horas. La futura concesionaria tendrá que ocuparse de la gestión y mantenimiento de las instalaciones. El Concello no aclaró aquí cómo va a ser el modelo de funcionamiento, que empezó siendo de pago y pasó a gratuito antes de la pandemia.