Negocios históricos en peligro
La alcaldesa de O Irixo lamenta la crisis de la cooperativa Loureiro y en Arnoia confían en que se salve una parte hotelera del balneario
A.Ferradas
La falta de relevo o la baja rentabilidad económica están detrás del cambio de uso o cierre de muchos negocios o servicios históricos y de gran utilidad, como es el caso de la cooperativa Santa Mariña de Loureiro, en el concello de O Irixo, o el balneario de Arnoia que la Fundación San Rosendo ha decidido convertir en geriátrico. Pero los respectivos alcaldes de estos ayuntamientos están dispuestos a colaborar en todo lo que esté en sus manos para evitar que desaparezcan.
La cooperativa de O Irixo dedicada a la elaboración de productos lácteos vive actualmente una situación económica crítica y sus más de 40 socios valoran si cerrarla o que la asuma una ganadera de Silleda, dispuesta a mantener la actividad. La decisión será tomada el 30 de abril por los socios de esta cooperativa que “es una institución emblema de O Irixo, de la que viven seis familias y con casi 60 años de historia”, apunta la alcaldesa, Susana Iglesias. Fue fundada por el cura párroco de Loureiro, Antonio González Bernárdez.
La regidora lamenta la falta de relevo generacional, y ante la situación por la que está pasando esta empresa indica que “es una cuestión privada” pero “desde el Concello estamos dispuestos para todo lo que necesiten, en lo que podamos hacer para evitar su cierre, vamos con ellos a donde haga falta”. Otro problema con el que se encuentra la cooperativa es la merma de los productores de leche.
Por su parte, el balneario de Arnoia, decano en la provincia en el ámbito termal, se convertirá en geriátrico y sus aguas termales se seguirán usando pero ahora con carácter asistencial dirigidas a personas que por razones de salud y tras una estancia hospitalaria requieran tratamientos balneaoterápicos. Ante este cambio, el alcalde de la localidad, Rodrigo Aparicio, apunta que tanto el Concello como los vecinos “queremos que siga siendo balneario”. Entiende que “es difícil mantener los gastos de esta infraestructura”, pero intentará gestionar que parte de las instalaciones sigan funcionando como balneario, ya que “siempre es preferible tener algo que nada. La idea general es recuperar algún aspecto lúdico y turístico aunque sea una parte”, ya que un geriátrico “no lo es”.
En caso de fallar esta negociación con la Fundación, el Concello está barajando otras alternativas en el ámbito turístico, como buscar otros inversores u otro tipo de negocios que aporten plazas hoteleras, ya que “son 180 las plazas que se pierden”. Apunta que en O Ribeiro el centro neurálgico a nivel de camas es Arnoia y el cambio de uso del balneario perjudica a toda la comarca.
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