Vecinos denuncian reiterados actos vandálicos en el barrio de Flores
Los residentes se quejan de que “ni la Policía ni el Concello” ofrecen una solución
A.F.
Vivir en el barrio de Flores de O Carballiño se está convirtiendo en una odisea para algunos vecinos. Denuncian que tienen que hacer frente a actos vandálicos que dejan destrozos en sus casas y están cansados de presentar denuncias ante la Policía Local sin que se resuelva el problema. Afirman que tampoco el Concello propone alguna solución, e incluso sugieren la instalación de cámaras en el barrio o más vigilancia nocturna, teniendo en cuenta que se ubica a pocos metros del cuartel y del consistorio. Lo más reciente fue la rotura de los cristales de una ventana en una vivienda la semana pasada, y días después fuertes golpes en una puerta que causaron más daños.
Son varios los moradores del barrio más antiguo de la villa que han sufrido en más de una ocasión atentados contra su propiedad. A uno de estos vecinos hace cerca de un año le rompieron una puerta de madera que tuvo que reponerla por otra de chapa, y este año hace una semana aproximadamente le lanzaron contra una ventana una vieja maleta con calzado en su interior, y como, presuntamente, no consiguieron su objetivo, tiraron madera hasta romper los cristales. El suceso no terminó ahí, ya que la madrugada de este viernes, desconocidos volvieron para golpear una puerta que también quedó deteriorada. Este mismo vecino afirma que en años anteriores “cada 8 días me rompían los cristales de unos ventanucos a los que tuve que ponerles rejas”.
Otra vecina del barrio también relata que hace unos 4 o 5 meses le rompieron los cristales de su puerta, y se queja de que “a cada rato cuando pasan nos dan fuertes patadas en las puertas”.
En otra casa donde no vive nadie también golpearon el cristal que por suerte se agrietó sin llegar a romperse y recuerdan que a un vecino que ya falleció “le rompían a cada rato los cristales y le pinchaban las ruedas del coche”.
Pero estos vándalos, “que son los de siempre”, afirman, también atentan contra el mobiliario municipal, ya que varias veces tiraron escaleras abajo una pieza de piedra dedicada a autores.
Así, estos vecinos se quejan de que “hay vandalismo y la policía municipal aquí no resuelve nada”. Esta misma queja la hay en otros puntos de la villa, como en un local nocturno de una calle peatonal donde es frecuente que salgan a la calle a formar peleas y hacer ruido, dificultando el sueño.
El episodio más reciente ocurrió hace dos meses, relatan: “Había mucho ruido o una pelea fuera del local, y se llamó a la Policía, pero llegaron dos agentes en el coche, y al ver como se les incitaba para que se bajaran, se quedaron dentro”. Los vecinos, que también denuncian robos a plena luza del día, creen que esta situación “puede ir a peor”.
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