“La perrera no es vida, sino una cárcel”

La protectora Arume de O Carballiño ayudó en 2023 a más de trescientos perros y gatos

Greta, la perra que falleció.

Greta, la perra que falleció. / Cedida

A. Ferradás

Una de cal y una de arena. Así es cada año para las voluntarias de la protectora Arume, de O Carballiño, que despidieron 2023 con satisfacción por todos los animales a los que han ayudado, más de 300 perros y gatos, pero también con el dolor de todos a los que, queriendo, no han podido asistir.

Con esta mezcla de sentimientos han empezado 2024, ya que han conseguido que Fer, un perro muy joven y cariñoso, que tenía una infección e inflamación que le afectó a la movilidad, careciendo de sensibilidad en las patas y con muchísimo dolor, se pudiera salvar tras ser rescatado de la perrera. En cambio han perdido a Greta, cuyo “cuerpecito no ha aguantado y nos ha dejado para siempre.Lo hemos intentado, pero no ha sido suficiente. Y nos quedamos con el corazón roto y una sensación de impotencia por no haberla sacado antes de la perrera”, dicen desde Arume. Las voluntarias de la protectora carballiñesa quieren concienciar de que “la perrera es una cárcel, y cuando pedimos ayuda urgente para sacar un perro no exageramos, la vida en la perrera no es vida. Estas pobres almas inocentes se merecen vivir de verdad. Y no acabar sus días rodeados de dolor. No hay peor dolor que las de una alma rota”, lamentan.

Esa última alma rota se llamaba Greta, una perra que falleció en este nuevo año. “No somos las culpables de su triste e injusto final, pero no podemos dejar de pensar que si hubiéramos sido más rápidas, quizás ahora Greta estaría viva. Los culpables no tienen remordimientos, ni penas, duermen bien de noche y su vida seguirá igual. Y esto pasa más veces de las que creéis. Abandonar es matar”, advierten desde la protectora de Carballiño.

Mejor suerte ha corrido Fer, “uno de nuestros pequeños milagros; verlo así de bien merece una celebración”, dicen. “Lo bajamos de la perrera hace dos semanas, cuando una compañera subió y lo vio temblando en el suelo, sin fuerzas para levantarse. Lo llevamos corriendo al veterinario a hacer pruebas, y de ahí a una guardería canina, donde gracias a medicación y a los cuidados se recuperó bien”, indican. Ahora solo esperan encontrar a alguien que lo quiere adoptar “para siempre”, y que no lo abandonen.

Un vídeo para concienciar

El año 2024 aún está empezando y a esta agrupación le queda un arduo trabajo por delante. Con un vídeo en sus páginas de Facebook e Instagram resumen el día a día, cómo es la “vida” en una perrera: “Tristeza, pena, lloros, desesperación, impotencia, y frío, mucho frío. Y no solo el que pasan durmiendo en el cemento, sino el que da la soledad de una jaula. Porque no hay mayor frialdad que la de un corazón roto por el abandono y la traición”.

Desde la protectora de animales de O Carballiño no han querido despedir el año sin dar las gracias, “sin repetir una vez más que gracias a vuestra ayuda y apoyo, al trabajo en equipo, a la empatía y la solidaridad, podemos seguir otro año más ayudando a tantas almas rotas, que solo nos tienen a nosotras”. A lo largo de 2022, esta entidad ayudó a más de 500 animales, cifra que se suma a los más de 300 de 2023.