La seguridad vial empeoró en 2023, un año con un registro de víctimas mortales en la provincia de Ourense –24 personas fallecieron en siniestros de tráfico– que supone el peor balance estadístico desde 2011, cuando el número de muertes en accidentes viales ascendió a 27. Además, un total de 93 perjudicados resultaron heridos de gravedad en percances en la carretera. Este dato también supera al de ejercicios precedentes. No se contabilizaban tantos heridos de importancia desde el año 2018 (hubo 101).
A la espera de que la Dirección General de Tráfico (DGT) se pronuncie a nivel nacional sobre el incremento de la siniestralidad vial en 2023 en España, desde el ámbito local las autoridades reconocen que los datos son malos –partiendo de la premisa de que cada fallecimiento produce un drama personal, familiar y social–. Confían en que el evidente empeoramiento de la estadística no genere una tendencia, sino que, al contrario, los datos de siniestralidad mortal regresen a los niveles más bajos de años previos.
Los 24 fallecimientos en siniestros de tráfico del año pasado representan casi el doble del número de víctimas de la carretera que hubo en la provincia en 2022, un total de 13 casos. Hubo 12 en 2021, la misma cifra que un año antes, mientras que en 2019 el número de fallecidos en siniestros de circulación fue de 11. Fallecieron 18 personas en 2018 a causa de la inseguridad vial. En 2015 y en 2017 se registró el balance menos negativo de toda la serie histórica, con 9 víctimas mortales en cada ejercicio, mientras que en 2016 hubo 14 casos.
Desde el año 2000, las carreteras se han cobrado la vida de casi 700 personas en la provincia de Ourense. Desde principios de siglo, las campañas informativas y de prevención, así como la intensificación de los controles y la entrada en vigor de medidas como el carné por puntos y la penalización de tasas delictivas de alcohol han contribuido a bajar la siniestralidad.
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Datos desde principios de siglo
En 2000 ocurrieron 55 muertes en siniestros de tráfico en la provincia, un 56,4% más que las 24 contabilizadas durante el año 2023. La cifra de fallecidos en accidentes viales fue de 49 en 2001, 62 en 2002, 56 en 2003, 49 en 2004, 40 en 2005, 43 en 2006, 35 en 2007, 37 en 2008, 35 en 2009, 34 en 2010, 27 en 2011, 17 en 2012, 12 en 2013, 18 en 2014, 9 en 2015, 14 en 2016, 9 en 2017, 18 en 2018, 11 en 2019, 12 en 2020, el mismo dato en 2021 y 13 en 2022.
Con el objetivo de que la siniestralidad no aumente en lo que resta de Navidad, tras una primera mitad del periodo festivo con varios accidentes graves –en los últimos días de 2023 se registraron dos muertes en menos de 24 horas en las carreteras ourensanas–, la Guardia Civil de Tráfico intensifica los controles, en toda clase de vías y en horarios distintos, para detectar posibles excesos de alcohol, drogas y velocidad.
Especialmente en Navidad, en la que se celebran reuniones con familiares y amigos en las que el alcohol suele estar presente, al volante, la única tasa segura es 0,0%, afirma la Dirección General de Tráfico.
El consumo de alcohol es la segunda causa más frecuente en los siniestros de tráfico en España, presente en 3 de cada 10 siniestros con víctimas mortales en 2022. Más de la mitad (51,9%) de los conductores fallecidos en carretera ese año dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos, aisladamente o en combinación.