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Vuelta a las clases en Cardenal Cisneros: “Confiamos mucho en los profesores”

Tras la caída del muro, los Bomberos revisan cada poco la zona por prevención, pero no se aprecia peligro para alumnado y vecinos ETranquilidad entre las familias usuarias

Vuelta a las clases en Cardenal Cisneros: “Confiamos mucho en los profesores”

La imagen del miércoles por la tarde de una riada de agua saliendo del colegio Cardenal Cisneros ha quedado, por suerte, atrás. La jornada de ayer el alumnado y profesorado del centro volvía poco a poco a la normalidad. El interior estaba totalmente acondicionado para retomar las clases después de que una tubería de abastecimiento de agua, de un edificio colindante, reventase durante la realización de unas obras de instalación de gas. La ingente acumulación de líquido hizo que un muro de hormigón y piedra que separa la finca colindante se desplomase y llenase el patio de cascotes y lodo.

“Se está controlando que no haya movimientos en el edificio afectado, así como que no aparezcan grietas en la fachada que indiquen problemas de cimentación. En principio, la seguridad es total. Pero se desalojó a los inquilinos y no se empleará el patio exterior del centro por prevención”, explicaba José Benito, jefe de servicio de los Bomberos de Ourense.

La fiabilidad de la cimentación que ellos atestiguan se corroborará con un estudio geotécnico que realizará una empresa privada –se desconoce cuál y cuándo, por el momento–. “Queremos asegurarnos porque indagamos el tema teórico de los planos y demás. Pero una cosa son los planos de obra y otra muy distinta es la obra en sí, donde tienes que excavar y buscar terreno firme. Pueden aparecer diferencias en lo referente a la estabilidad del edificio”, aclaraba ayer.

En cualquier caso, insisten en que no dudan de que no haya peligro –ni para el colegio ni para los vecinos de la zona–. “De ser así no habría luz verde para que los alumnos volvieran al colegio y se habrían desalojado otros edificios próximos”, incidía el profesional.

A ellos, como servicio de emergencias, les corresponde una primera labor de salvaguarda y seguridad de la zona. Sin embargo, los técnicos de urbanismo del Concello deben ahora trabajar para aclarar a qué infraestructuras pudo afectar la rotura de la tubería y el desplome del muro.

“Los padres estamos muy tranquilos trayendo a los niños porque para los profesores lo primero siempre han sido nuestros hijos. Pase lo que pase, siempre están pendientes de lo que ocurre y la organización es maravillosa en este colegio. Confiamos mucho en los profesores y siempre se han caracterizado por su profesionalidad”, resumía Marilyn Murillo, una madre con dos hijos en el centro –una en Primaria y el otro en Secundaria–.

“Sí es cierto que la pequeña salió primero cuando los evacuaron y estaba un poco nerviosa al principio porque no encontraba a su hermano. Pero una vez lo vio, se le pasó. Después su preocupación era cuándo iban a poder volver al colegio”, relataba con una sonrisa por el final feliz del suceso.

Restos de cascotes y lodo, en el patio del colegio. | // F. CASANOVA

“No podemos evitar sentir alegría al pensar que todo acabó bien”

“Es innegable que fue un susto muy grande. Pero los profesores nos avisaron uno por uno de que los niños estaban bien y que podíamos venir a recogerlos. Y la policía y los bomberos cortaron el tráfico enseguida y actuaron de forma impecable”, sostenía Carolina Cao, otra de las madres que ayer llevó a su hijo a clase.

Por la tarde, la dirección del centro se reunió con las familias para informarlos de lo que les han trasladado las autoridades y servicios de emergencias y que pudiesen realizar todas las preguntas que estimasen oportunas.

“Es cierto que no asistieron todos los alumnos a clase y algunos de los que vinieron nos decían de broma que tendríamos que haber dejado la vuelta para el lunes. Pero los profesores queríamos retomar ya las clases. No podemos evitar sentir cierta alegría al pensar que todo acabó bien”, indicaba Patricia Solla, jefa de estudios del colegio.

La biblioteca, el aula de audiovisuales y el patio interior servirán –hasta que se hayan retirado todos los escombros del patio exterior y se certifique que es plenamente seguro– de lugar de esparcimiento para el alumnado durante el tiempo de recreo. No habrá problemas en este sentido porque el colegio no tiene una matrícula excesiva –cuenta con 120 discentes– y los horarios de recreo oscilan según estén en Infantil, Primaria o Secundaria.

“Nos gustaría que el proceso de recuperación de normalidad se agilice, para que los niños dispongan del patio cuanto antes. Pero al haber tantas partes implicadas es difícil ir más rápido”, afirmaba. “Pero ya digo que no poder usar el patio es un mal menor para nosotros. La sensación de alegría es la que prima porque esto se va a quedar en una anécdota”, finalizaba.

El BNG pide respuestas sobre el estado de los centros públicos y privado concertados de Ourense

Según el BNG, lo ocurrido en el colegio Cardenal Cisneros y su entorno debe implicar una rápida respuesta por parte de la Xunta sobre cómo se encuentran las instalaciones de los centros educativos gallegos. Para el diputado nacionalista por Ourense Iago Tabarés –a pesar de que el origen de uno y de otro accidente pueda ser diferente– la cercanía temporal de este suceso y el acaecido en octubre en el instituto Julio Prieto Nespereira provoca “una evidente inquietud y preocupación en la ciudadanía” sobre el estado de las infraestructuras educativas y el control e inspección que se hace de ellas.

Por este motivo, desde el grupo con representación en la cámara formularon una serie de preguntas para su respuesta oral en la comisión del Parlamento Gallego. Concretamente, la formación política nacionalista quiere conocer con qué frecuencia el Gobierno autonómico supervisa el estado de las instalaciones de los centros de enseñanza de Ourense. Asimismo, solicita saber en qué fechas y con qué resultado se realizaron visitas de inspección para conocer el estado de las instalaciones de los centros de enseñanza pública de la provincia. También exige conocer si a consecuencia de alguna de las inspecciones realizadas se apreció la necesidad de acometer obras de reforma y cuándo se revisó el estado del instituto Julio Prieto Nespereira –donde un alumno de 15 años perdió la vida al caerle una pared del vestuario encima–.

Igualmente, desde el grupo parlamentario del BNG cuestionarán a la Xunta sobre se tiene conocimiento directo del estado de las infraestructuras de los centros privados concertados de Ourense –en este grupo se enmarca el colegio Cardenal Cisneros–. Con ello, desde la formación política buscan respuestas a cuándo y en qué centros de este tipo se realizaron obras de reforma y mantenimiento –y qué actuaciones se llevaron a cabo en los mismos–.

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