En un lugar que solo es accesible para el personal autorizado por un pasillo interior del edificio judicial de Ourense, a resguardo de los cientos de ciudadanos y profesionales que acuden a diario a lidiar con la justicia, hay una sala en la que acoger y acompañar es tan importante como el trámite imprescindible de tomar declaración a la víctima de un delito.

Mirando los murales infantiles de la pared, la casa de muñecas sobre una mesita de escuela, el garaje con rampas y coches en miniatura, la pizarra de tizas o los peluches, parece que la estancia sea un lugar para centrarse en el juego, para evadirse de la realidad. Y en cierta manera es así.

Se trata de la sala Gesell, un recurso que toma su nombre de un pediatra y psicólogo estadounidense que ideó una habitación en la que poder observar el comportamiento de los niños dentro de un entorno protegido, sin perturbaciones. La de Ourense, en funcionamiento desde el verano de 2017, fue pionera en Galicia y una de las primeras de España.

A través del equipo psicosocial del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) se explora y se recoge la declaración de los menores que han sido víctimas de violencia física, psicológica o sexual, en la mayoría de casos por parte de algún familiar o allegado. La sala también se utiliza con los niños y adolescentes que son testigos en un procedimiento en otros lugares, en conexión telemática con el juzgado de cualquier punto de España.

El magistrado, el fiscal y las partes escuchan a distancia, desde la sala de vistas, sin que el menor oiga a más extraños ni vea la habitual disposición de un acto judicial, que impone. Gracias al sistema de videoconferencia, las partes hacen preguntas que las peritos especialistas escuchan por un pinganillo y trasladan a los menores de un modo menos formal y más cercano, con un lenguaje adecuado a la edad y al nivel cognitivo.

Una cámara graba la exploración y declaración del menor, al que ven y escuchan en directo en el juzgado por videoconferencia. INAKI OSORIO

En las pruebas preconstituidas de los delitos de malos tratos físicos o psicológicos, intervienen una trabajadora social y una psicóloga, que acompañan a los menores en la sala Gesell. En los casos de delitos sexuales sufridos por niños o adolescentes participan dos psicólogas, cuya labor es muy relevante en las denominadas pruebas de credibilidad, muy habituales en los delitos sexuales, mediante un relato libre de la víctima que se analiza con criterios técnicos, en base a un protocolo estandarizado y validado, así como en la evaluación de las secuelas.

La declaración se graba y queda unida a la causa como una prueba preconstituida, es decir, una diligencia anticipada al juicio que se reproduce cuando llega la vista oral, meses o años más tarde, sin necesidad de que los intervinientes acudan, y garantizando el principio de contradicción entre las distintas partes del proceso.

Con los niños víctimas de violencia física, psicológica o sexual –el colectivo más vulnerable–, se evita un periplo judicial que reabra periódicamente la herida y agudice el trauma que, por desgracia, han sufrido.

“El objetivo es evitar la llamada victimización secundaria y no crear un daño mayor, haciendo en un solo acto la exploración y la declaración”

Ya es muy duro para un niño de cinco o seis años tener que declarar contra un padre..., que si me tocó, que si me pegó”, señala Leonardo Álvarez, juez decano de Ourense y titular de Instrucción Número 1.

En lo que va de año, según datos del Imelga hasta el pasado viernes, la sala Gesell había acogido un total de 15 pruebas preconstituidas por delitos sexuales y 22 de malos tratos.

El juez decano: "Antes, un menor víctima tenía que venir al juzgado de instrucción para la exploración, después al Imelga y luego al juicio. Me parecía muy gravoso y por eso me empeñé en crear aquí la sala Gesell, me parecía una necesidad imperiosa"

“El objetivo es evitar la llamada victimización secundaria y no crear un daño mayor, haciendo en un solo acto la exploración y la declaración”, señala el médico forense Julio Jiménez, responsable en la provincia del Imelga. “En el antiguo edificio ya se había hablado con la Fiscalía de la necesidad de contar con este recurso, y cuando vinimos al nuevo dijimos: ‘hay que hacerlo’”, recuerda.

“Antes, un menor víctima tenía que venir al juzgado de instrucción para la exploración, después al Imelga y luego al juicio. Me parecía muy gravoso para el menor y por eso me empeñé en crear aquí la sala Gesell, me parecía una necesidad imperiosa. Gracias al equipo psicosocial, el juez, fiscal y las partes en la sala de vistas hacemos de una sola vez la exploración judicial y el reconocimiento del forense, lo grabamos y sirve de prueba preconstituida para que la Audiencia no tenga que citar a juicio”, resume el juez Álvarez.

"Evitas la revictimización del menor que ya ha sufrido un delito. De algún modo, cierras la puerta para que pueda seguir con su vida y superarlo mejor. Se protege a la víctima y a la vez se cuidan y vigilan las garantías procesales"

María Dolores González - Psicóloga forense del equipo psicosocial del Imelga

Es un recurso valiosísimo. Evitas la revictimización del menor que ya ha sufrido un delito, lo que produce un trauma y una serie de secuelas y dificultades. De algún modo, cierras la puerta para que pueda seguir con su vida y superarlo mejor. Se protege a la víctima y a la vez se cuidan y vigilan las garantías procesales. El niño puede declarar en un ambiente más cálido, lúdico e informal, donde solo estamos nosotras”, explica María Dolores González, psicóloga forense del equipo psicosocial del Imelga desde 2013, y con una larga experiencia previa en el servicio de Menores de la Xunta, al igual que la trabajadora social Montserrat Rodríguez, compañera en el equipo.

"Rompemos primero el hielo jugando un poco, y a veces mediante el juego creamos un clima de confianza y hacemos preguntas sin necesidad de ser tan directos. La empatía es fundamental para que se relajen"

Montserrat Rodríguez - Trabajadora social del Imelga

“Al niño se le da un ambiente de confianza, para que esté tranquilo. Rompemos primero el hielo jugando un poco, y a veces mediante el juego creamos un clima de confianza y hacemos preguntas sin necesidad de ser tan directos. La empatía es fundamental para que se relajen”, subraya esta última.

“Al principio intentamos establecer una conexión, estamos un rato tratando temas neutros, preguntando cómo se llama, qué estudia, cuál es su composición familiar...”, explica González.

“Valoras en función de su edad y su nivel cognitivo cómo formular las preguntas, no es lo mismo cuando tienen cinco o seis años que catorce. Hay que tener en cuenta si comprenden lo que es verdad o mentira, si diferencian entre la realidad y la imaginación, es clave para la calidad del testimonio”, indica esta psicóloga del Imelga.

"Es un elemento clave para la atención a los menores y la preconstitución de la prueba, evitando la victimización secundaria"

Manuel Pardo - Jefe territorial de la Consellería de Presidencia, Xustiza e Deportes

La prueba preconstituida con los menores víctimas debe realizarse cuanto antes mejor después de la comisión del delito, “para que se preserve el testimonio de los hechos y no se pierda la memoria, porque la conservación cognitiva es mayor. Cuanto más pequeños son los niños, más pierden, olvidando los recuerdos o cambiándolos a medida que los cuentan”, indica Dolores.

Una vez creado un clima de confianza, y mediante un lenguaje empático y asequible, las profesionales informan a los niños de que “van a ser vistos y grabados, tienen derecho a no hablar si no quieren y la regla es contar la verdad, así como que nos digan que algo no es así si nos equivocamos, o que pueden responder que no se acuerdan si es el caso”, añade la experta.

Jueces y profesionales del Imelga en la sala Gesell, este viernes. INAKI OSORIO

“La sala Gesell es un elemento clave para la atención a los menores y la preconstitución de la prueba, evitando la victimización secundaria”, destaca Manuel Pardo, jefe territorial de la Consellería de Presidencia, Xustiza e Deportes.

Una inversión de 17.000 euros

Cuando el juez decano y el responsable provincial del Imelga comunicaron al cargo público la necesidad de que el nuevo edificio judicial contase con la sala, “la delegación territorial trabajó en coordinación con la Dirección Xeral y la Amtega. Haciendo uso de las tecnologías, aprovechando las facilidades para un acceso restringido que permite el edificio, y con la premisa de que fuera un espacio polivalente y diera respuesta ágil y eficaz a todos los órganos, se puso en marcha esta solución pionera en 2017, tras unos 17.000 euros de inversión para la dotación del espacio y el equipamiento tecnológico”, relata el responsable político del área de Xustiza en Ourense.

Manuel Pardo, jefe territorial de la Consellería de Presidencia, Xustiza e Deportes. INAKI OSORIO

Facilita "un relato de los hechos más natural, espontáneo y no mediatizado", opina el juez Luis Doval

“La sala Gesell constituye una herramienta práctica de gran utilidad para que las exploraciones y declaraciones de menores víctimas de algún delito, especialmente los que se comenten en el ámbito familiar, se adecúen a la normativa de la Ley de Enjuiciamiento Criminal sobre la forma en que deben realizarse tales actos procesales, permitiendo que la entrevista se realice a través de profesionales especializados y garantizando, al mismo tiempo, la posibilidad de contradicción de las partes, obteniendo un relato de los hechos más natural, espontáneo y no mediatizado de los hechos”, explica el magistrado Luis Doval, titular de Instrucción Número 2 y en funciones de refuerzo en el juzgado de Familia.

La jueza Armesto: "Evita que las víctimas sufran demasiado a lo largo del procedimiento. Hace que el hecho de tener que declarar, que es inevitable, no se convierta en algo traumático"

“La realización de la exploración como prueba preconstituida en la fase inicial de la instrucción ayuda a evitar los perjuicios que pueden derivarse de posibles interferencias posteriores, que puedan condicionar el relato del menor”, añade este juez.

Los magistrados Luis Doval y Leonardo Álvarez. INAKI OSORIO

Su compañera de Instrucción Número 3, Eva Armesto, es la especialista en Ourense en la investigación de los delitos de violencia machista y en el ámbito familiar. “La sala Gesell es estupenda, porque evita que las víctimas sufran demasiado a lo largo del procedimiento. La presencia de peritos en un lugar más amable que se encargan de traducir nuestras preguntas y las de las partes hace que el hecho de tener que declarar, que es inevitable, no se convierta en algo traumático. Resulta especialmente útil con los menores y las personas con discapacidad psíquica, así como con las víctimas de delitos contra la libertad sexual”.

Además, explica Armesto, cuando los menores son muy pequeños, “los peritos pueden hacer un informe de credibilidad para apoyar su declaración”, algo que considera esencial “en delitos que ocurren con tan pocos testigos y con pocos indicios”.

La magistrada Eva Armesto, en un acto junto al responsable provincial del Imelga, Julio Jiménez. INAKI OSORIO

“A veces es difícil desconectar cuando llegas a casa”, admiten las peritos

Las profesionales que intervienen con los menores acumulan años de experiencia, pero incluso así “a veces es difícil desconectar cuando llegas a casa”, admite la trabajadora social Montserrat Rodríguez.

Hay hechos muy duros que, sufridos por los más vulnerables, causan impacto. “Las desgracias de las familias te marcan y cuando implican a niños, más”, comparte Julio Jiménez.

La nueva ley eleva los actos de prueba preconstituida y el Imelga necesita más profesionales psicosociales

La Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, que regula la protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, modificó la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim) y fijó la obligación de grabar como prueba preconstituida la declaración de todos los menores de catorce años –también los testigos–, para evitar que acudan a juicio. “Es necesario reforzar los servicios del Imelga con más personal”, considera el juez decano.

La sala Gesell está más ocupada que antes de la reforma legal. “Tenemos dos equipos psicosociales, los mismos que cuando se creó el Imelga. La carga de trabajo va a aumentar y no puedes citar a largo plazo para una prueba preconstituida, sino que al menor tienes que verlo pronto”, señala el subdirector del Imelga en Ourense. En la actualidad se están señalando las pruebas preconstituidas de menores en la sala Gesell a un mes o mes y medio vista.

El médico forense Julio Jiménez, en una consulta del Imelga. F. CASANOVA

“Hasta ahora estamos absorbiendo ese aumento de trabajo, pero sería necesario contar con un equipo psicosocial más”, afirma Julio Jiménez, es decir, pasar de los cuatro profesionales y dos equipos actuales –dos psicólogos y dos trabajadores sociales– a un total de seis especialistas en tres equipos.

“La Xunta conoce los problemas que tenemos con los equipos psicosociales; los casos de custodias han aumentado mucho en el juzgado de Familia, con petición de valoraciones psicosociales. Ahí tenemos meses de espera, aunque estamos mejor que otras ciudades”

La magistrada de Instrucción 3, Eva Armesto, constata “la dificultad de encontrar fecha disponible con lo ocupados que están en el Imelga entre el juzgado de Violencia y el de Familia. Y eso que ponen toda su buena voluntad y mucho esfuerzo”, valora.

“La Xunta conoce los problemas que tenemos con los equipos psicosociales; los casos de custodias han aumentado mucho en el juzgado de Familia, con petición de valoraciones psicosociales. Ahí tenemos meses de espera, aunque estamos mejor que otras ciudades”, indica Jiménez.

La pasada semana, el presidente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, José María Gómez y Díaz-Castroverde, y la directora del Imelga, Ana Belén Pérez, se reunieron y coincidieron en exigir a la Xunta la “ampliación de la plantilla de los equipos psicosociales es esencial para reducir los retrasos que se producen en la emisión de informes periciales, los cuales afectan a la tramitación de procedimientos judiciales”, resumió el TSXG en un comunicado.

La Sala de Gobierno ha solicitado desde septiembre, en varias ocasiones, el incremento de la plantilla orgánica del Imelga “para evitar dilaciones que afectan, sobre todo, a los juzgados de Familia, de Violencia sobre la Mujer y de Instrucción”.