La actividad en materia de familia sufrió un bum desde hace dos años a consecuencia de la pandemia, y con ello no solo el trabajo de los juzgados de incrementó, sin también la de los profesionales que aportan un rigor o valor añadido a la decisión de los magistrados en cuanto a los menores. Y es que en situaciones de mucha conflictividad entre padres o ante la sospecha de un entorno negativo o vulnerabilidad para el niño o niña, los trabajadores y psicólogos forenses, integrados desde 2006 en el Imelga (Instituto de Medicina Legal de Galicia), juegan un papel fundamental.
Más de 300 valoraciones
En la subdirección del Imelga en Vigo, los tres equipos que se encargan de estos informes realizaron un total de 319 valoraciones psicosociales sobre la guardia, custodia o régimen de visitas que más beneficie al menor en función de su situación familiar, cerca de una diaria. La cifra es sensiblemente superior al año anterior, con una veintena más de casos.
Padres, abuelos y profesores
En concreto, y según se recoge de la última memoria del Imelga, se emitieron 148 valoraciones por la guarda y custodia y otras 126 por modificación de medidas. Las 45 restantes se producen por otras situaciones . La elaboración de sus informes resulta compleja ya que es necesario entrevistar no solo al menor si no a sus padres o abuelos, así como conocer su entorno y ámbitos para certificar lo mejor para el niño.
Demora
Este equipo de profesionales en los juzgados de Vigo llegó a tener una demora notable en la emisión de dichos informes –superior al año– debido a la elevada carga de solicitudes y al número de entrevistas y contextualización de la realidad del menor, lo que provocó que en muchas ocasiones, los propios titulares de las sala de Familia evitasen pedirlos para no tener los procedimientos suspendidos o parados, y dejaban en sus manos solo aquellos especialmente complejos.
Elaboración de informes
Y es que estas entrevistas vna más allá de hablar directamente con el menor, ya que se analiza todo su entorno. Para realizar sus informes deben citar y entrevistar a todo el entorno familiar del menor: madre, padre, nuevas parejas de los progenitores o incluso abuelos en el caso de reclamar estos algún tipo de régimen de visitas al niño. A mayores, si los hijos superan los 12 años de edad, además de la prueba psicosocial puede solicitarse la exploración del menor.
