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El CHUO detectó diez casos de sumisión química en 9 meses, ninguna por pinchazo

El jefe de Urgencias señala que el fenómeno que ha generado alarma social “es una agresión física importante” | Alcohol y otras sustancias son la vía para este delito

Francisco Aramburu, jefe de Urgencias del CHUO. | // IÑAKI OSORIO

Ante la alarma social y el temor que se ha generado a lo largo de este verano respecto al nuevo método de agresión a las mujeres en forma de pinchazos, el jefe de Urgencias del CHUO, Francisco Aramburu, afirma que la sumisión química se produce fundamentalmente a través del alcohol y otras sustancias.

Antes de referirse a los pinchazos como un método real de sumisión química, explica el facultativo, es necesario tener en cuenta que, entre las víctimas que han declarado notarlos en muchas fiestas de Galicia, no se han detectado sustancias ni abusos asociados. “A nivel profesional los consideramos una agresión física importante, pero utilizarlo como un medio para la sumisión química no se ha demostrado”, apunta Aramburu. En cualquier caso, este fenómeno, con o sin sustancia, se ha convertido en una nueva forma de agresión, ya que genera miedo e inseguridad entre las mujeres en ambientes festivos. La concienciación de toda la sociedad contra estos abusos es clave para frenar esta situación de alarmismo.

Precisamente, el PSOE presentó esta semana una moción para su debate en el próximo pleno del Concello de Ourense en la que piden que se refuercen las medidas contra las agresiones a mujeres y se impongan protocolos más estrictos por parte de las empresas organizadoras de eventos. Además, los socialistas solicitan a la Xunta de Galicia la extensión a todas las áreas hospitalarias gallegas del protocolo específico que se creó en el CHUO para los casos de sumisión química. En este punto, Aramburu recuerda que este protocolo de actuación ya se unificó y adaptó para todas las áreas sanitarias de Galicia el pasado 10 de agosto. “Lo que se ha hecho es copiar el modelo de Ourense y adaptarlo a las diferentes áreas en función de las particularidades que tenga cada laboratorio”, dice.

Señala, además, que “no se han detectado pinchazos” entre la decena de casos de sumisión química constatados en Ourense desde que se activó el protocolo en noviembre del año pasado.

Cómo funciona

El coordinador de este protocolo de sumisión química pionero en España, Francisco Aramburu, explica el procedimiento que se sigue desde que llega una posible víctima de sumisión química al hospital. “Normalmente son pacientes o víctimas que llegan diciendo que no recuerdan nada de lo que le ha sucedido o que despiertan en una situación extraña”, explica. A partir de ahí es fundamental poner una denuncia, ya que sin ella no es posible avisar a la Policía Nacional para que se presente en el servicio ni recoger muestras de sangre y de orina. Aun así, precisa Aramburu, “en todos los casos se abre un parte de lesiones, aunque no haya signos de agresión sexual”. Si existe una denuncia comienza la actuación, que pasa por una exploración física, la recogida de muestras para detectar si existen sustancias y su posterior análisis en el laboratorio correspondiente. En todo momento la víctima recibe orientaciones de la policía y apoyo psicosocial por parte del personal médico y los trabajadores sociales del hospital.

Sustancias que se metabolizan muy rápido

El objetivo principal de este protocolo del que es pionero el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, CHUO, y que desde el 10 de agosto ya está presente en todas las áreas sanitarias de Galicia es, según un comunicado de la Xunta, “sistematizar la sospecha, el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de las víctimas y coordinar las actuaciones entre la sanidad pública y los servicios policiales y judiciales para asegurar el correcto tratamiento de la víctima y facilitar la persecución del delito”. Tal y como describe el jefe de Urgencias del CHUO, las drogas que se utilizan habitualmente para la sumisión química son las benzodiacepina, la ketamina y la escopolamina, más conocida como burundanga. “Son sustancias inoloras e incoloras, se metabolizan muy rápido por parte del organismo y desaparecen del torrente sanguíneo rápidamente, haciéndolas difíciles de demostrar, por eso se utilizan” explica.

Mujeres jóvenes

La mayoría de las víctimas son mujeres menores de 30 años y los agresores aprovechan el contexto de ocio y de aglomeración de jóvenes. En cuanto al perfil de los agresores por sumisión química, el jefe de Urgencias del CHUO se refiere a las estadísticas del Instituto Nacional de Toxicología, que apuntan a que un alto porcentaje corresponde a conocidos y familiares de la víctima. La recomendación es clara: controlar en todo momento la bebida que se consume y no aceptar invitaciones de personas desconocidas.

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