El Concello de Ourense anunció ayer el inicio de las obras de reforma de las pozas termales de A Chavasqueira para adaptarlas a la nueva normativa de la Xunta y poder reabrirlas al público, según avanzó ayer la concejala de Termalismo, Flora Moure.

Las obras de reforma comienzan 28 meses después del cierre de las instalaciones más icónicas del termalismo ourensano, pues fueron las primeras que se pusieron en marcha en la ciudad y las más demandadas. El cierre se producía inicialmente a mediados de marzo de 2020, tras la entrada en vigor de la cuarentena por pandemia, pero desde hace más de un año, son otras las causas que las mantienen cerradas, al igual que otras instalaciones termales pendientes aún de remodelación, y es la entrada en vigor de la polémica Ley 8/2019, de 23 de diciembre, de Regulación del aprovechamiento lúdico de las aguas termales de Galicia. Esta normativa implica una serie de restricciones, como la renovación cada cuatro horas del caudal de las pozas y el control de aforos, que ha complicado especialmente su reapertura.

En la mañana de ayer comenzaron las obras necesarias para la reapertura de las instalaciones termales. Los trabajos están presupuestados en 47.474, euros, son los necesarios para el cumplimiento de la legislación vigente, “así como para implementar una gestión eficiente y sostenible del recurso termal, garantizando unas condiciones higiénico-sanitarias acordes con la normativa legal”, explica la concejala de Termalismo, Flora Moure.

La contratación de estas obras fue posible tras la obtención de la autorización pertinente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, y una vez que está disponible la partida de inversiones necesaria en el Concello de Ourense.

“Somos conscientes del inmenso valor que tiene esta instalación termal para la ciudad, pues fue la primera de uso público puesta en marcha en Ourense. De ahí nuestro empeño en que toda la obra esté diseñada para garantizar la seguridad, presente y futura, en uno de los grandes símbolos de nuestro termalismo”, explica Flora Moure. El resumen de las obras, que se desarrollarán durante varias semanas, incluye varios apartados.

Por un lado, actuaciones en los sistemas existentes de captación, bombeo y canalizaciones para conseguir un caudal suficiente para la renovación total del agua en cuatro horas, una de las principales complicaciones en la mayoría de las termas públicas pues no había suficiente caudal.

También se harán actuaciones en la estructura de los vasos de cada poza para mejorar las condiciones de seguridad y accesibilidad. Por otro lado, las obras incluyen mejora de fontanería, ducha, arquetas y sistemas de mediciones, entre otras. La instalación de un sistema de balizamiento con cuerdas y postes de madera para delimitar la instalación termal y la sustitución de la señalética y cartelería para adaptarla a la normativa vigente serán el último paso a ejecutar.